Monsanto y el Glifosato, contra la autosuficiencia alimentaria en México.

Hoy les voy a contar una historia de terror que me encantaría que fuese ficción pero lamentablemente es muy real. Los mexicanos y humanos de varias nacionalidades estamos siendo envenenados progresivamente por lo que comemos.

Veneno escondido

No voy a dar razones de debate en relación a las semillas transgénicas (de las que estamos hasta el cuello y consumimos sin saber) sino que me voy a ocupar del glifosato, incorporado como parte de la sustancia conocida como Faena, que es el veneno ya abiertamente reconocido como cancerígeno y está siendo usado en nuestras parcelas para poder producir con las semillas registradas por el gigante de la agroquímica Bayer-Monsanto.

Glifosato embotellado

Existen en línea documentos periodísticos de Proceso y Excélsior (cuando menos) que hablan de estos temas y de las demandas legales que se interponen por la ya citada agroindustria contra el gobierno mexicano.

Monsanto quiere seguir lucrando monopólicamente y esclavizando a nuestros agricultores, pero sin el glifosato que se prohibió por decreto, le será imposible hacerlo. Sin Faena, sus semillas no germinan ni producen nada.

En todo el mundo ya se sabe que los negocios y la producción de las semillas de Monsanto son un atentado contra la salud y la vida humana, inclusive existe un día mundial para marchar en su contra (el 23 de Mayo) pero al parecer la empresa tiene el suficiente poder para seguir haciendo de las suyas.

Protesta ciudadana

No es que sea intocable. Ya ha perdido demandas en diferentes países y ha tenido que pagar millones de dólares al ser dictaminado que es culpable de diferentes cosas, como ocultar el alto grado de probabilidades de desarrollar cáncer al estar en contacto con el glifosato y poner en las etiquetas la leyenda de que es un producto “biodegradable”.

Nuestros vecinos del norte ya tienen prohibido (por lo menos parcialmente) el uso del glifosato. Sin embargo, en nuestro país existen baches legales y manejos algo turbios del tema. Primero, está prohibido producir semillas transgénicas en nuestro territorio (pese a esto hay plantas de Monsanto en el territorio) sin embargo no está prohibido comercializarlas.

¿La ley es para todos?

Luego existe una ley que protege a Monsanto conocida como Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. Básicamente esta ley le asegura a la empresa la posibilidad de sus contratos con agricultores, así como sus manejos monopólicos y de explotación tanto de nuestras tierras fértiles como de la mano de obra.

Nueva esclavitud

Sus contratos le impiden al agricultor ser libre de sembrar lo que quiera y como quiera, más temas desagradables además. Puedes leer el contrato aquí.

En nuestro país el Conacyt ya tiene un estudio muy detallado de los efectos del glifosato que puedes consultar aquí. Entre la prohibición de producir semillas trasgénicas y la prohibición del glifosato, se puede ver cierto avance en la búsqueda de hacer a un lado a Monsanto y lograr ser productores autosuficientes de alimentos, me encantaría que esto fuera más de prisa pero al parecer el actual gobierno la está llevando a cabo a un ritmo de elefante reumático, aunque haya quienes afirman que es a un ritmo acelerado.

Uso de nuestro maíz blanco original

Además existe una realidad que es muy oscura. Por lo menos en ciertos lugares; los créditos que pueden obtenerse para sembrar las parcelas están condicionados a usar solamente semillas de Monsanto. Esto es un obstáculo monumental para el productor, que se ve obligado a hacer contratos con la trasnacional para poder tener el recurso del crédito y sembrar. Los manejos de estos condicionamientos en diferentes programas gubernamentales casi siempre llevan de la mano malos manejos y “cochupos” con “machuchones”.

Proteger nuestras semillas

Existe un personaje polémico y muy conocido a nivel internacional, te dejo este video para que te enteres de que hay una mano detrás de la alimentación no solo en nuestro país, sino en todo el mundo

En resúmen, estamos viviendo un secuestro de la producción alimenticia, y en México los cambios no se ven de fondo. Lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. El tigre necesita poner la garra en este tema, Monsanto, sus semillas modificadas y su glifosato son una barrera para que lleguemos a la meta de la salud y la autosuficiencia alimentaria en México.

Recuperemos nuestros productos naturales

 Si quieres saber más, puedes consultar los siguientes sitios:

-LA SEMILLA ROJA, ASI FUNCIONA MONSANTO EN MÉXICO

-BAYER-MONSANTO ENFRENTA AL ESTADO MEXICANO

¡Por la garrita!

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