Capítulo 10 Compañeros y ayudantes

Kat y Dex se van adentrando en el bosque, montaña arriba. En este viaje, son compañeros y ayudantes uno del otro. El lobo avanza rápidamente por el camino que, por primera vez, Kat le está indicando tomar.

Sin embargo, el avance es más lento de lo que la chica recordaba haber tardado en su camino junto a Aldres, la primera vez que visitara el Santuario del Crisol.

-Dex, todavía falta mucho para llegar y vas corriendo a todo lo que das, vamos a necesitar descansar unas horas para comer algo y dormir. Pensé que íbamos a llegar hoy mismo. La primera vez no tardé tanto en viajar…

-La primera vez hiciste el viaje en el mundo sutil, Kat. Por eso llegaste rápido, tu cuerpo no se movió de lugar, sólo tu conciencia lo hizo. El mundo sutil tiene otro tiempo y otras formas, que no son las del mundo material.

-Ahora que puedo ver la diferencia, me queda más claro que no es lo mismo. Eso hace que el viaje sea más complicado de lo que pensé que sería. Acampemos, en la madrugada reiniciaremos el camino. Detente en ese claro, junto al arroyo.

-Si, me parece buen lugar.

El gran lobo se detiene y Kat baja de un salto. Empieza a soltar las amarras de los arreos en el lobo, va a acomodarse para descansar.

-Kat, ¿recuerdas la primera vez que me montaste? Te movías con mucho trabajo. Ahora te mueves con agilidad en tu cuerpo de dos pies.

– ¡Es verdad! Sur Dex, no había pensado en eso, pero me siento mucho más cómoda que al principio. Levanta la cabeza, voy a desamarrar el equipaje.

Kat le quita todo de encima a su amigo, y con algo de torpeza hace un pequeño refugio atando las cubiertas de su lomo a dos abetos para hacer un techo, que quedó muy chueco. Puso debajo el equipaje, y juntó algo de paja para formarse una superficie aislante y poner encima grandes hojas de una planta que encontró cerca. Eso le dio un espacio limpio para su saco de dormir.

Con el hacha y bastante trabajo cortó algo de leña (era más difícil cortar esos troncos fibrosos de lo que imaginó, y tuvo que inventar su modo de cortar ya que no había tenido lecciones de cómo hacerlo). Una vez acumulada sobre una roca grande la leña, encendió la llama de su palma derecha y prendió fácilmente la fogata.

Ya encendido el fuego notó que el humo de la fogata iba directamente a su refugio por que el viento corría hacia esa dirección. Al principio no le dio importancia, hasta que se dio cuenta que no podría dormir por los accesos de tos que empezaba a tener cuando la humareda le cubría la cara.

-Ja ja ja ja, Kat, para hacer una fogata hay que saber dónde están las corrientes de aire primero, o no podrás saber a dónde irá el humo. Después de ver cuánto tardaste en montar tu refugio, es más fácil que apagues la fogata.

-Aish, me hubieras dicho eso antes, tanto trabajo para nada…

-Preferí que vieras lo que pasaba antes de explicarte, Kat. Para que lo entendieras por experiencia.

-Esto de viajar como humano es cansado, acampar es muy complicado… ¡por el carbón del volcán, tengo una idea mejor!. A ver si lo logro…

Kat apaga con tierra la fogata, luego va a su refugio y se sienta en la bolsa de dormir. Cierra los ojos para imaginar cómo su cuerpo era el de un zorro rojo, y al abrirlos se da cuenta que parece estar atrapado en un saco. Se pone nervioso y busca como salir de esa cubierta, encuentra un hueco y se abre camino por allí. Al salir se da cuenta que no era un saco, era la ropa que llevaba puesta y había salido por el cuello.

Sur Dex lo miraba con asombro.

– ¿Ya lo ves? Ahora será más fácil pasar la noche. Pobres humanos, tienen que usar muchas cosas y trabajar mucho para vivir.

-Si, no tienen garras ni colmillos, y sus instintos se durmieron cuando se separaron de los demás. Creo que será mejor así, el humo de una fogata podría atraer visitantes no deseados.

-Dex, tú ve a cazar algo, y guárdame un poco por favor. Ahora voy a hacer una madriguera bajo ese árbol, para pasar la noche.

-Bien, ahora vengo.

El lobo se aleja mientras Kah excava con sus garras a buen ritmo entre las raíces de un abeto, nunca había cavado una madriguera, pero su instinto le marca la mejor manera de hacerlo. No pasa mucho tiempo cuando se da por satisfecho del trabajo, logra un buen hueco con acceso algo escondido. Luego usa la paja y las hojas que recogiera para dormir y las acomoda al fondo de su madriguera temporal.

Termina justo a tiempo, pues le llega el olor de la sangre fresca de un conejo. Sale y encuentra a Sur Dex recostado y en donde había estado la fogata, un conejo que le había llevado para comer.

– ¡Gracias, Dex! Hora de cenar, estoy hambriento…

-Adelante. Pero deberías lavarte un poco en el arroyo, tienes las patas llenas de tierra.

-Buena idea.

Kah se sumerge en el agua clara del arroyuelo, se sacude para secarse (¡uff ya extrañaba una buena sacudida!, como humana eso era algo que no podía hacer) luego se come el conejo que Sur Dex cazara para él. Terminando su cena y con la panza llena le dice al lobo:

-Voy a dormir un poco, amigo. Si me quedo dormido, despiértame dos horas antes del amanecer, para que retomemos el camino.

-Yo te despierto, descansa.

Kah entonces se estira, bosteza, entra a la nueva guarida y se tumba para dormir. Sur Dex toma la capa de Kat y la coloca lo mejor que puede cubriendo la entrada del cubil. Se acomoda tumbándose junto a la entrada, para que nada ni nadie pueda colarse sin que se percate. Kah no lleva puesta la capa de protección y eso le preocupaba un tanto. Se sume en sus pensamientos mientras vigila.

-Es curioso cómo es un zorro macho, y una hembra humana a la vez. Es un poco confuso, pero en este caso es muy práctico que pueda pernoctar como zorro. Como humana no iba a pasar buena noche, jejejeje. Si Mirrowin hubiera venido sería distinto…

Mientras tanto, Kah disfruta bastante el poder dormir en una guarida igual a la que fué su hogar debajo del durazno. El olor de la tierra recién excavada era muy agradable. De repente una nostalgia curiosa lo hace extrañar el suave cuerpo tibio y azul de Mizu, durmiendo a su lado. Le hacía mucha falta verla de nuevo…

El Valle Escondido de los Encinos

Mizu miraba de frente a Zeke, sin saber si responderle o no. La sorpresa de que la haya visto en esas circunstancias no le permitían pensar rápidamente para decidir. Por su parte, los cachorros que se habían peleado aprovecharon la distracción para escapar y evadir el regaño que estaban recibiendo. El que había recibido la curación de Mizu estaba muy sorprendido de haber cerrado su herida a lengüetazos tan rápido, ¡ya no le dolía!

Al entender que Zeke realmente había notado su energía curativa pero no podía verla, se relajó un poco. Quizás si no le respondía podría intentar pasar desapercibida y despertar en su cama. Pero no fue tan fácil como imaginó, porque el zorro cerró los ojos; empezó a brillar un poco y al volver a abrirlos pudo dirigir sus ojos directamente hacia ella.

– ¡Bienvenida, princesa Mizu! Es una grata sorpresa verte aquí, ayudando a los cachorros. No esperaba recibir una visita tuya tan pronto, pero me complace que así sea. Este es el territorio de tu clan, el Valle Escondido de los Encinos. Está protegido por una poderosa magia para que no esté a la vista de los demás, ¡sólo los zorros podemos entrar en él! Que lo hayas encontrado tú sola es asombroso, me muestra un fuerte lazo espiritual con tu clan.

– ¿Zeke? Esto es un sueño, ¿no es verdad? No puedo entender si esto es real o no, es muy extraño que puedas hablarme.

-Soy muy real, su gracia. Nuestro primer encuentro fue en la gruta donde seguramente descansa tu cuerpo ahora, mientras tu espíritu viaja hasta aquí. Es bueno que ya puedas viajar en lo sutil, eso nos dará oportunidad de que conozcas a tu propio pueblo. ¿me permites llevarte al cubil real? Donde vivirías si no te hubieran raptado los humanos mientras estabas en el vientre de tu madre, la Reina Suki.

– Si, vamos. No importa si esto es un sueño o no, despertaste mi curiosidad.

– Sígueme, princesa. Es por aquí.

Zeke empieza a correr delante de Mizu, que sigue sin esfuerzo al zorro. En poco tiempo lo ve acercarse a un inmenso nido de termitas más alto que cualquier árbol del valle, estaba rodeado por grandes arbustos espinosos, ortigas que además estaban llenas de flores blancas; formando lo que aparentemente es un muro impenetrable para llegar hasta él. Sin embargo, Zeke avanza con rapidez entre las ramas, con la confianza de saber el camino se abre paso en ese laberinto formado por las ortigas, y pronto llega hasta el pié del termitero, donde había un hueco apenas de tamaño suficiente para que entrara. Al acceder se topan con un gran zorro joven haciendo guardia, que los deja pasar.

 Mizu va detrás de él y entra en la penumbra del montículo para descubrir que sus constructores ya no vivían en ese inmenso nido, y que estaba arreglado mediante excavaciones para contener espacios habitables para zorros.

En las paredes había un túnel que subía en espiral hasta el tope del termitero, sube por él y lo recorren. Estaba abierto en la parte superior hacia el cielo y servía de atalaya para un vigilante pues dominaba todo el valle por encima de las copas de los encinos.

Un zorro platinado de ojos azules vigilaba desde ahí sin estar a la vista desde afuera al llegar al tope del termitero Zeke lo saluda con la cabeza, el vigía responde al saludo y por un instante Mizu cree que también la saluda a ella.

La vista desde ahí era impresionante, la luna menguante brillaba en el cielo estrellado y por debajo el valle, que estaba rodeado por un bosque muy denso a un costado de la Montaña Sagrada.

 Bajan nuevamente mientras se ensanchaba el termitero, al costado de ese camino espiral se encontraban otros espacios, cubículos con pequeños huecos por donde pasaba la luz natural pero no dejarían escurrir adentro el agua de la lluvia, aprovechando las celdillas ya esculpidas por los pequeños insectos que la construyeran.

Esos cubículos estaban adaptados como dormitorios. Había cabida como para albergar unos 30 zorros con comodidad. La espiral también bajaba un poco, de tal manera que el espacio más amplio era precisamente la base del termitero, iluminada al centro por el hueco superior, por donde ahora entraba una suave luz de luna.

Una especie de explanada contaba al centro con una roca plana, cubierta de musgo que le daban una imagen de superficie acolchada. Allí se detuvo Zeke.

-Este es el salón principal, Princesa. El alfa se acomoda sobre La Roca de la Sabiduría, para hablar a los demás de manera que todos lo vean y escuchen gracias al eco.

-Se hacen reuniones cada noche de luna llena, hay una leyenda que afirma que solo los zorros de sangre real entienden los mensajes de la luz de la luna, para que sus consejos lo ayuden a guiar al clan.

-Este cubil es refugio para todos, debajo de nosotros hay bodegas donde podemos guardar alimentos, y también hay un pequeño brote de agua. ¿por qué no pruebas subir a la Roca?

Mizu se ubica sobre esa roca musgosa, y en ese momento una luz muy brillante la cubre, en medio de esa fuente de luz hay una silueta de zorro, que avanza hasta ella.

Es una hembra muy bella, de inmensos ojos verdes y suave pelo rojizo, sus largas patas, sus orejitas y su esponjosa cola eran negros. Mizu puede sentir una calidez desde ella hasta su corazón, era una sensación similar a la que tenía con los cuidados de Egly, pero mucho más intensos.

-Hola Pequeña, mi hija amada. Me alegra ver que has crecido y que eres portadora del Agua. Ese poder le traerá mucho bien a nuestro Clan. Por favor, cuida de ellos. Tú puedes guiarlos a una nueva era, para que ya no necesitemos vivir entre las sombras.

-Confía siempre en Zeke, y apóyate en tu hermano Kah. Sólo con tu cariño lograrás el equilibrio que él y sus hermanos de sangre necesitan tanto. Ven a ocupar tu lugar cuando estés lista… Ahora regresa y recuerda, no estarás sola nunca…

La luz se hace más intensa de golpe, en medio de ella ahora hay un punto negro que crece hasta convertirse en su perla negra. La mira confundida en la palma de su mano, y se da cuenta que sus ojos están llenos de lágrimas, está sentada en su cama, en la gruta de la ballena blanca.

En su corazón hay una emoción que no puede definir, ternura, amor, nostalgia, alegría, todo se agolpa dentro de ella. Un solo pensamiento le ronda sin cesar. ¡He visto a mi madre! Es tan bella…

Mizu está conmovida, no esperaba el giro de esta singular experiencia que todavía no sabía cómo definir, si todo había sido un sueño o hizo un viaje como el que la llevó a visitar a Kat.

Llega a la conclusión de que no tiene mucha relevancia definir lo que pasó, y simplemente se recuesta. Con la tela que cubre su cama se seca las brillantes lágrimas que escurren por sus mejillas, y se prepara para dormir.

Su visita al Valle Escondido de los Encinos ha sido muy emocionante, y se ha quedado sin energía. Su último pensamiento antes de perderse en el reino del sueño no es para recordar a su hermano, sino a su amorosa madre.

-Ahhh, -suspira profundamente. -Me hubiera gustado haberla conocido… En ese momento toma conciencia de que toda su vida había extrañado a su madre, sin saberlo.

Viajeros incansables

Dex despierta a Kah a la hora indicada, deben continuar avanzando. El adolescente sale de la guarida y se estira, se despereza y se sacude con vigor. Ha dormido muy bien.

– Gracias, amigo. Voy a empacar todos los cachivaches humanos que traemos, espera un poco.

– Claro, mientras iré por un poco de pesca.

– Buena idea, espero que tengas suerte, y no te olvides de mí.

– Nunca me olvido de ti, eres mi misión. Sonríe y guiña un ojo.

Dex se aleja y Kah aprovecha el momento para sentarse sobre el suelo, y concentrarse en volver a ser humana. Cuando abre los ojos se mira las manos, y se da cuenta que ya es Kat nuevamente. Una brisa de la madrugada le recuerda que no lleva puesta su ropa, va a buscarla para vestirse y cubrirse con su capa. Entre bostezos se arregla, desamarra las cuerdas del toldo, y empieza a guardar las cosas del día previo en las alforjas y mochilas, tan ordenadamente como puede recordar; pero al terminar el resultado no es tan eficiente y compacto como recordaba que había hecho Mirrowin.

Mientras examina el equipaje intentando recordar la manera como había guardado todo, llega Sur Dex con un gran salmón en el hocico, La mira con un brillo travieso en los ojos y suelta en sus pies al pez para poder reír a carcajadas frente a ella-

– ¡Ja ja ja ja ja! Definitivamente eres mejor zorro que humana, te hace mucha falta Mirrowin y se te nota a leguas…

– ¡Oye! Solo está un poco desordenado el equipaje, no es para tanto, ¡deja de burlarte!…

– ¿Quién está hablando del equipaje? Tu cara está sucia de hollín, tu cabello parece un nido de pájaros, llevas al revés la túnica, y olvidaste ponerte los mocasines…

Kat se sonroja hasta las orejas y no sabe cómo reaccionar, su primer impulso es tocarse el cabello y encuentra una ramita seca de la paja donde durmió, busca entonces su botella de agua y se la echa en la cabeza y la cara, se frota para limpiarse, pero no lo consigue del todo. Ahora está algo mojada, con la cara embadurnada y muy desaliñada.

-Ja ja ja ja ja así no lograrás gran cosa, mejor quítate la ropa y aséate primero con las cosas que traes, y luego te pones la ropa otra vez, Te puedes lavar un poco en el riachuelo, y cepillar el cabello. Déjame ayudarte un poco…

Sur Dex empieza a limpiar la cara de Kat con unos lengüetazos muy mojados.

– ¡Aish no, no, espera! ¡hueles a pescado y tu lengua raspa! ¡Déjame! Mierda, ser Zorro es más fácil que ser humana.

De un empujón se aleja del lobo y a regañadientes se quita la ropa con jalones algo torpes, se mete al riachuelo y se da un baño temblando de frío. Sale deprisa y enciende la leña del día previo para secarse y entrar en calor, mientras se come el salmón que le trajera su amigo, que está esperando por ella. Al sentirse seca se viste con cuidado (esta vez bajo la divertida mirada de su acompañante) y con los dedos desenreda y acomoda un poco su cabello. Sur Dex asiente con la cabeza, está bastante mejor su aspecto ahora.

– ¿Lista?

-Creo que sí, Lobo criticón. Ahora déjame ponerte las cubiertas y las alforjas, que tenemos camino que recorrer-

– Recuerda sacudirlas primero.

– Yaaaa séeee

-Quéeee bueeenoooo

Kat sacude con fuerza las cubiertas y las amarra al lobo como viera hacerlo el día previo a su tutora. Luego termina de acomodar el resto de su equipaje, y de un brinco se sube al lomo de su acompañante.

-Vámonos, que ya es algo tarde. Avanza deprisa, Dex.

– ¿Por dónde?

– Hacia el cráter, arriba.

-Bien. Sujétate fuerte, Kat.

 El ágil lobo pardo empieza a correr y a subir por la ladera del volcán. Kat se asombra de lo rápido que puede avanzar, ella como zorro no podría correr a esa velocidad y menos cuesta arriba. Como humana menos, dos pies no avanzan tan deprisa como esas cuatro enormes garras que parecen devorar la distancia a cada paso.

El paisaje va haciéndose similar a lo que recordaba de su primera visita al santuario. Cada vez menos árboles, el aire más ligero, y el suelo cambia de repente a una suave superficie de cenizas color gris claro. El paso del lobo se ralentiza, sus patas se hunden en esa cubierta de textura arenosa, haciendo más difícil correr o caminar.

En ese momento, Kat empieza a oler en el aire el aroma que busca.

-Espera Dex, ahora vamos hacia allá, donde huele a huesos secos y a metal.

-Seguro.

Avanzan un tramo y llegan hasta el sitio donde los restos del personaje que hubiese visto en su primera visita yacían semienterrados por la ceniza volcánica.

La silueta grande del humano, del felino que lo acompañaba y de sus armas y cosas estaban tal y como los recordaba, Se acerca con cuidado, baja de un brinco del lobo. Prepara las mochilas para luego meter en ellas todo. Primero los huesos, procurando no dejar ninguno. Luego recoge la espada, hacha, una alforja, un escudo y la armadura que traía puesta el humano. Amarra y acomoda todo para poder cargarlo en las mochilas, apenas consigue que todo vaya seguro y vuelve a subir en su amigo.

-Kat, por lo que me has dicho solo podré acompañarte un trecho corto. ¿segura que podrás con todo eso tu sola?

-Claro, Dex. Date prisa, ya quiero terminar esta misión para poder regresar con Mirrowin. Vamos, amigo, entra en ese hueco. Si el calor es demasiado allí adentro para ti, solo avísame para que puedas salir y esperarme afuera.

-Entiendo. Vamos.

Sur Dex avanza a toda prisa y entra por la misma abertura hacia dentro del volcán, el espectáculo de los ríos de lava es sobrecogedor y el calor es intenso, pero avanza rápidamente el mismo tramo que le acompañara Aldres ante el asombro de Kat.

– ¡Hemos avanzado mucho Dex! ¿Seguro aguantas el calor?

-No entiendo la razón, pero estoy fresco como helecho en la lluvia. Sigamos.

-Wow, eso es muy curioso… bueno amigo solo ten cuidado

-Tu dime por donde, y yo me cuidaré. No quiero ser Lobo Asado.

-Bueno, vamos. ¡Por allí!

Avanzan deprisa gracias a la velocidad del gran canino, y en un pestañear Mizu encuentra el puente de huesos que atravesara en su prueba de iniciación, Sur Dex se asombra de ver que estaba formado con el esqueleto de algo que alguna vez estuvo vivo, y le da un calosfrío al imaginar cómo hubiera sido entonces.

– ¡Por los colmillos del Gran Lobo! ¡Qué era esa criatura!

-No lo sé Dex, pero a mí también me dejó impactada la primera vez que lo ví. Y espero que no tengamos compañía esta vez…

-Bueno, si tu cruzaste por ahí, ahora cruzaremos juntos. ¡Sujétate más fuerte, puede haber sacudidas!

– ¡Sí, lista!

Sur Dex sigue avanzando y pronto llega al puente. Avanza unos pasos y el ruido detrás de ellos inicia, el chocar de los huesos de los esqueletos que la siguieran la primera vez hizo que Kat mirara por encima del hombro y viera el contingente espectral que ya conocía.

-No mires atrás, Dex, sigue avanzando. Si escuchas algo raro o voces no les prestes atención, no son reales ¡Sólo avanza!

– ¡Entendido!

La carrera en el puente esta vez no es tan escalofriante, el que ya la hubiese recorrido antes y que esta vez no iba sola hizo un gran cambio. El tiempo pasa velozmente, pronto llegan a la cabeza y a Kat le parece sorprendente que hayan sido apenas unos minutos. Le parece que su primer paso por ahí había durado una eternidad, se alegró de la brevedad de este nuevo recorrido.

Salen por la boca abierta del final del puente y se encuentran con que el portal de lava ahora era un hueco, el acceso estaba despejado y pasaron por ahí con gran facilidad. Se detienen un poco al llegar al enorme espacio donde la recibiera El Espíritu del Crisol, pero esta vez estaba vacío, sólo rocas y un gran trono al centro que se reflejaba sobre el brillante suelo de obsidiana. Kat desmonta de un brinco.

La comitiva que los seguía los alcanza poco después, pero Kat ahora se sorprende mucho al verlos. ¡Ya no son esqueletos! Criaturas grandes y pequeñas forman un variopinto grupo a su alrededor, y todos ellos tenían el brillo del fuego en sus pupilas.

Todos le sonríen, y los saludan con diferentes gestos dependiendo del clan correspondiente a su especie. Desde pequeños animales como lagartijas y ratones hasta enormes osos y lobos como Sur Dex. También algunas criaturas que no puede reconocer.

El esqueleto de humano que le sirviera de guía en su primera visita no estaba a la vista. Al sentir la poderosa presencia del Espíritu del Crisol todos bajan la cabeza con respeto. y Kat se gira para ver hacia el gran trono. Sur Dex está tumbado en el piso en un gesto de humildad y respeto que sólo había visto entre los cachorros de la manada ante Sir Dib.

-Bienvenida, portadora del fuego, y Sur Dex, guardián del Clan de los Lobos. Les estaba esperando.

-Gracias, Espíritu del Crisol. He completado tu primera encomienda.

-Lo sé, pequeña. Por favor, dame los restos que recogiste, es necesario hacer con ellos una ceremonia.

Kat saca de la mochila con cuidado los huesos quebradizos, y los pone en el suelo frente al trono. El espíritu del Crisol se acerca a ellos, los rodea cantando y bailando con tanta gracia que todos quedan embelesados mirándola.

Al terminar se acerca y sopla unas llamas violetas que cubren por completo el lúgubre montón, calcinando aquellas viejas osamentas hasta convertirlas en cenizas. Los restos carbonizados se elevan en un pequeño torbellino de fuego y polvo.

Una luz brillante sale del centro del vórtice, cada pequeña partícula entonces se convierte en un punto luminoso y todo desaparece con un estallido similar a un trueno.

Tanta luz cegó temporalmente a todos, que cerraron los ojos para abrirlos instantes después y encontrar al centro del espacio la figura translúcida de un caballero joven y fuerte, de largo cabello oscuro formando una gran trenza a su espalda. Llevaba puesta la armadura y las armas.

Estaba montando en un tigre enorme que tenía dos colmillos inmensos sobresaliendo de sus mandíbulas superiores, y garras inmensas en sus patas, una enorme cola con una llama en la punta se ondulaba detrás de él. Ambos tenían llamas saliendo de sus pupilas.

Su presencia era imponente. Kat se asombra al darse cuenta de que esa presencia la mira directamente, y escucha en su corazón una potente voz que la hace sentirse pequeña otra vez.

-Muchas gracias por traerme al Santuario, Portadora del Fuego. Aunque ya me has visto antes la primera vez que veniste, guiarte en tu iniciación ha sido un honor. Por favor cuida mis armas y úsalas sabiamente, recíbelas como muestra de mi agradecimiento.

– Tienes un destino muy grande, yo puedo ayudarte si me llamas pensando en este momento, pero solo puedo acudir una sola vez, así que usa tu invocación cuando realmente sea tu única opción en la batalla.

-Mi nombre es Serfir Corazón de Fuego, y desde hoy soy el General del Ejército Del Fuego Sutil. Algún día tú también lo serás, y entonces yo te seguiré. Que tu corazón siempre arda con el más puro Fuego Sagrado, y tus acciones siempre defiendan la Verdad y la Paz.

Con una inclinación de cabeza, la figura de Serfir se diluye como la imagen de un espejismo en el aire caliente del verano, para reaparecer al frente del grupo de criaturas que los rodeaba. Todos lo saludan y en un instante, todos se desvanecen para dejarlos solos en la presencia del Espíritu del Crisol.

-Sur Dex, levántate ya. Bueno, Kat. Ya tienes tus armas, pero debemos hacerles unas cuantas cositas para adaptarlas mejor a ti. Por favor, invoca al fuego como hiciste para cruzar el portal en tu iniciación, es necesario que tu cuerpo reciba el calor del Santuario del Crisol. ¿recuerdas cómo lo hiciste? ¡Enciéndete!

Kat cierra sus puños frente a ella, y luego los levanta con fuerza, mientras grita a pleno pulmón

– ¡Arde, Corazón de Crisol!

Una vez más su cuerpo se convierte en una braza adolescente, asombrando a Sur Dex al verla. Es una transformación impresionante, y su presencia emana gran fuerza en esa forma.

– ¡Excelente, pequeña! Me encanta tu invocación. Ahora, toma tus nuevas armas, tu fuego las adaptará a ti. Primero la espada.

Al tomar la espada, que era grande y algo tosca (perfecta para los musculosos brazos de Serfir) se cubre de llamas a partir de su mano y se transforma en una espada más pequeña, con curvas que ondean desde la base hasta la punta recordando la forma de las llamas. La empuñadura es larga y tiene textura de escamas, una cabeza pequeña que es un retrato del Espíritu del Crisol cuando es un dragón enorme forma el pomo. El metal brilla como nuevo y refleja como un espejo la mirada de Kat, además está encendida como una antorcha de rojas flamas, con una sonrisa la adolescente decide que el cambio le gusta mucho.

-Vaya, hermosa espada Kat. ¿cómo se llama?

-Es Aliento de Dragón. Eso parece.

-Le queda perfecto ese nombre. Ahora toma el hacha.

Kat toma el hacha con la mano libre, y mientras la levanta del piso se cubre con las llamas de su fuego. Eso transforma una corta hacha plateada de doble hoja en una alargada y elegante alabarda, con una punta en el cabezal y dos hojas afiladas a los costados en forma de alas de dragón. Ahora era un arma ligera, y además le hacía juego a la espada pues también había una llamita prendida en el tope, como pequeña antorcha.

– ¡Excelente equipo! Con esta alabarda podrás atacar a distancia. Ahora recoge el escudo, terminemos con tu protección-

-Ah, esa cosa redonda. A ver.

Kat deja la alabarda para tomar el escudo, un redondo trozo de metal forrado por algo parecido a piel de serpiente. Es transformado por las llamas de su mano en una forma redondeada por abajo y en punta hacia arriba, como una gota de líquido. En el contorno lleva escamas metálicas que le hacen un reborde aserrado, y al centro se deja ver todavía la textura escamosa y colorida de piel. Negro, rojo, naranja y amarillo forman el símbolo del elemento fuego al centro del escudo. El Espíritu del Crisol la inspecciona complacida.

-Tu esencia es bastante fuerte, y el fuego es tu naturaleza, sin duda. Tu equipo está listo y sólo nos queda un detalle. Pero eso ya lo tengo que ver con tu compañero, no contigo.

-El gran lobo gris y la adolescente se miran la cara con asombro, intercambian la mirada de sorpresa de sus vidas.

– ¡Sur Dex, acércate! En tu clan has aceptado ser el guardián de Kat mientras estaba en su aprendizaje en la Caverna del Viento. ¿Aceptas ser su acompañante y guardián permanentemente, renunciando a tu clan? ¿convertirte en su sombra de ahora en adelante, en lo material y lo inmaterial?

El Lobo tiene un brillo en las pupilas que parece refulgir.

– ¡Acepto! Será un honor dedicar mi vida y mi fuerza a la Portadora del Fuego.

Kat está sonrojada y muy conmovida por la lealtad de ese lobo, en poco tiempo dos nuevos amigos se han convertido en parte importante de su vida. Su corazón late con fuerza, ¡Sur Dex era increíble!

-Sea sellado el pacto, tu naturaleza no es el fuego, pero haber nacido en la Caverna del clan te otorgó al elemento Aire para acompañarte y ser tu fuerza.

-Tendrás la ligereza del viento al correr, el poder del huracán al defender, tu aullido será atronador como un vendaval en la montaña, Tu nariz podrá olfatear los aromas más ligeros en la brisa y tu aliento fortalecerá el fuego de Kat, como el aire alimenta una fogata y la convierte en un incendio incontrolable. Conseguirás a voluntad que tu presencia sea tan imperceptible como el aire que rodea a todos, pero nadie está consciente de él. Podrás disfrazarte para no ser reconocido en forma de otra criatura.

-Yo te he protegido para que pudieses llegar hasta aquí, ¡de otra manera ya serías lobo asado, como dijiste hace un rato! Pero no puedo darte mi protección si no están cerca de mí, por lo que aprovecharemos esta armadura para que sea de ahora en adelante lo que te resguarde de las llamas.

Una vez más, el aliento de fuego del Espíritu del Crisol cae sobre el montoncito metálico de la armadura en el piso, y en medio de un brillo rojizo del metal fundido se transforma, flotando en el aire mientras el lobo pierde el suelo y se eleva a la par.

De sus costados surgen dos enormes alas cubiertas de plumas gris plateado y con la punta blanca. Un yelmo se acomoda en su cabeza, su cuerpo desde el cuello hasta los cuartos traseros se recubre de una cota de malla que parece estar hecha de escamas plateadas, y unas cubiertas curiosas, acojinadas pero resistentes a la vez cubren sus patas como mocasines que dejan salir sus garras, que han crecido y parecen de metal brillante a juego.

 La luz del fuego se extingue, y el lobo baja suavemente al suelo con un ligero batir de sus flamantes alas nuevas, mientras sonríe con evidente satisfacción por su nuevo aspecto.

Kat grita de emoción

-¡¡Waaaaaaa por el magma de mis venas!! ¡¡Estás increíble Dex!!

-Ya lo sé, Kat. Pero no soy el único.

Kat corre a darle un abrazo por el cuello a su amigo, y comprueban que las llamas no le hacen daño gracias a la armadura. Ambos se miran a los ojos con orgullo y algo de altanería juguetona.

– ¡Jajajajaja! ¡Vaya con el par de vanidosos!

El espíritu del crisol los interrumpe, ambos se voltean a verla.

-Sólo me resta darte el último regalo del santuario para tu desarrollo, Kat. Será a la vez tu apoyo, así como una oportunidad de aprendizaje y responsabilidad para tí. Sígueme.

Ambas mujeres caminan hacia un rincón cercano al crisol, donde siempre ardía un fuego intenso. A un costado había una canasta de metal, rellena con pequeñas brazas al rojo vivo y al centro dos orbes de colores rojizos iridiscentes, de textura escamosa.

-Cuando me visitaste la primera vez estaba terminando de forjar a tus ayudantes, y conocerte me dio la información que hizo que tomara la decisión de que tú seas quien les ayude a llegar al mundo a salvo. Esos huevos siempre deben estar dentro de esa canasta especial, rodeados de brasas encendidas al rojo vivo.

-Todavía les falta crecer para romper el cascarón, y cuando lo hagan debes ser lo primero que vean al abrir los ojos. Son criaturas especiales, los primeros de su tipo. Una vez que nacen, deben bañarse tres días después en agua hirviendo pues su poder es precisamente el del géiser de la montaña, agua y fuego en un solo corazón.

-Deberás alimentarlos, cuidarlos y hacerlos crecer junto a ti muy cercanamente. Sus nombres también serán parte de tu responsabilidad. No son mascotas, son parte de tu familia, soldados a tu comando, parte esencial de tu equipo.

-El fuego no los daña, y pueden sumergirse en el agua por mucho tiempo. Sin embargo, ni siquiera yo tengo idea de todo lo que serán capaces de hacer cuando crezcan, será tu labor descubrirlo y usarlo a beneficio de lo que necesites, pero puede resultar que no todo sea bueno al principio. Debes aprender a ver más allá de las apariencias.

– ¡Vaya, no esperaba algo así! Seré cuidadosa, Egly será mi ejemplo para cuidarlos y criarlos.

-Por último, no suelo dejar el santuario, pero en caso necesario, puedes invocarme y asistiré a ayudarte. Solo piensa en mí y repite con la voz de tu corazón tres veces mi nombre. No debes pronunciarlo en voz alta frente a alguien más.

-Sólo el máximo portador del fuego puede saberlo y llamarme, desde el nacimiento de la Montaña Sagrada solo le he dado ese poder a tres portadores, tú eres la número 3. Me llamo Ígnea. En presencia de otros, llámame, Madre del Crisol.

– Antes de que te vayas ¿Tienes preguntas, pequeña?

-Pues yo puedo cambiar mi forma para verme más normal, si voy por la montaña en Dex con esa pinta será difícil no llamar la atención. ¿puede volver a ser sólo un lobo otra vez cuando no sea necesario que me ayude en mis misiones?

-Buena pregunta, Kat. Sur Dex debe aprender a invocar la armadura y a guardarla en lo inmaterial cuando no sea necesario que la lleve. Así siempre estará a su alcance y no cargará todo el tiempo con ella. Las alas, por otro lado, no son parte de la armadura, sino de su cuerpo. Deberá plegarlas a sus costados como hacen las aves, y tú le ayudarás a ocultarlas debajo de las cubiertas que usas para viajar sobre él, será la única manera de esconderlas.

-Usa tu creatividad, lo que encuentres a tu paso debes resolverlo tú misma. No siempre tendrás guías y maestros cerca de ti. Cuando salgan de la Montaña lo mejor será transformarse para regresar con Mirrowin sin llamar mucho la atención.

– Tu siguiente misión es aprender a usar el fuego al máximo, desde las más pequeñas chispas hasta las flamas más potentes que puedas encender, y debes aprender a usar tu equipo lo más pronto posible. Cuando tus maestros ya no tengan nada qué enseñarte, estarás lista. Sólo tienes tres lunas, y ya han pasado siete días de la primera de ellas. ¡Date prisa!

-En caso de dudas para tomar decisiones, vigila tus pasos para caminar en la búsqueda de la verdad y confía en tu corazón. Ahora regresa con Sur Dex y salgan de aquí. ¡Que la Sagrada Flama del Crisol avive tu fuego interior siempre!

-Gracias, Madre del Crisol. Regresaré al finalizar mi aprendizaje.

Kat recoge la canasta de los huevos con cuidado, chisporrotea un poco al moverla y por alguna extraña razón, el calor que emana de las brasas lo percibe como si naciera de su corazón, como si al tocar la canasta se hubiera formado una conexión profunda entre ella y esos pequeños huevos. Sus ojos brillaron con ternura al mirar las pequeñas criaturas aún dentro del cascarón, y en un parpadeo pudo percibir el rápido latir de sus pequeños corazones de alguna manera. Eso la sorprendió y no supo qué hacer al sentir un par de lágrimas brotar de sus ojos. ¿qué era esa emoción que la abrumaba?

-Se llama amor maternal, Kat. No son tus hijos de la carne, pero sí son tus criaturas del fuego. Te has conectado con ellos muy profundamente gracias a las llamas de las brasas. Esa conexión es muy fuerte y durará para siempre entre ustedes. Pronto aprenderás que existen muchos tipos de amor, y todos son increíbles.

-Es una emoción muy diferente de todo lo que he sentido antes. Me ha abrumado de una forma maravillosa. ¡Son tan pequeños y frágiles! No quiero que les pase alguna cosa mala por sacarlos del Santuario.

-Sólo sigue tu camino. Sabrás cómo cuidar de ellos por instinto. Buen viaje.

-Gracias, regresaré pronto.

Kat llega junto a Sur Dex que la espera impaciente, está esperando la posibilidad de probar esas preciosas alas que ahora tiene. Al verla llegar con los ojos brillantes por las lágrimas se preocupa.

– ¡Kat! ¿Qué te pasa? ¿por qué lloras?

-Mira Dex. Ahora soy madre de dos pequeños huevos. ¿no son preciosos?

– ¿Queeeee? ¡A ver, déjame verlos!

El lobo se asoma a la canasta y ve los dos huevos en medio de las brasas, brillantes. Son lindos, pero no entiende por qué Kat ahora no tiene ojos más que para esas dos cosas redondas.

-Ahh vaya. Son lindos, muy lindos… ¿Nos vamos? ¿o haremos algo más aquí?

-No, ya nos vamos. Espera, debo empacar mi equipo y la canasta. Dame un ratito. Mientras cuida a mis bebés por favor.

Kat baja la canasta con cuidado frente al enorme lobo alado, que empieza a olfatearla mientras la adolescente toma las armas que acaba de forjar y las guarda en la alforja que llevara el caballero, porque las otras se empezaron a quemar apenas al tocarlas, pero esa resistió el fuego sin problemas. También acomodo la canasta con cuidado, y se puso la alforja en la espalda para llevar todo con más comodidad.

-Lista Dex, baja para que me suba a tu espalda. No puedo moverme mucho para cuidar la canasta.

-Ok-

Kat monta en su amigo y se acomoda para no lastimar sus nuevas alas, luego se sujeta de una parte de la armadura detrás del cuello que curiosamente parecía hecha para eso precisamente.

-Listo, Dex. ¡Vámonos!

– ¡Por supuesto! Agárrate fuerte Kat

El enorme lobo extiende sus alas y levanta el vuelo con facilidad, luego recorre a la inversa el camino que los llevara ahí. Al sobrevolar el puente del esqueleto lo ven desde otra perspectiva y entienden que en vida debió haber sido un enorme dragón, lo cual no deja de admirarlos.

En un suspiro atraviesan el interior de la montaña, las poderosas alas les han dado la ventaja de la velocidad y pronto están fuera del santuario.

Sur Dex se empieza a enfilar a casa de Mirrowin, pero Kat lo detiene.

-Ni lo pienses, Dex. Baja, debes quitarte esa armadura.

-¡¡ Auuu!! ¡Pero llegaremos muy rápido así!

-No podemos hacer eso. No debemos llamar tanto la atención, amigo. Detente ya.

-Por los colmillos de mi abuela…

Aterrizan en el mismo punto donde había estado el caballero Serfir. Sur Dex está bastante frustrado por no poder volar de regreso con Mirrowin. Kat apaga sus llamas y regresa a ser la adolescente que llegara un rato antes, pero algo había cambiado en ella. Se para frente a su amigo con los brazos en jarras.

-Vamos, Dex. Sé un buen chico y quítate esa armadura. Cierra los ojos e imagina que ya no la traes puesta.

– ¿Tengo que hacerlo, Kat? Se ve taaaan genial cuando la llevo puesta…

El lobo ahora la mira como cachorro regañado.

-Anda, lobo tozudo. Quítatela ya. Mientras tanto revisaré a mis bebés.

-Te convertiste en toda una tirana allí adentro… El lobo masculla entre dientes

-Te oigo muy bien rezongón. Date prisa.

-Yaaaa voooyyy

 Kat revisa el interior de la canasta de los huevos, seguía caliente pero las brasas comenzaban a perder calor cuando salieron del Santuario. Kat invoca a su fuego interior y sopla un aliento de flamas directo a las brasas, que se encienden otra vez al rojo vivo.

Para mantener el calor cubre con cuidado los huevos de ceniza volcánica mezclada con agua, formando una cubierta de arcilla sedosa y cálida. Al darse cuenta de que todo está en orden otra vez busca a Dex para subir en él y retomar el camino.

En ese momento ve al lobo con la cabeza gacha y los ojos cerrados, mientras su armadura se desvanece lentamente a su alrededor.

– ¡Ahhhh! -Suspira el canino- Bueno, ya me la quité. Ahora sube y volaré a casa.

-No amigo, iremos por tierra. Demasiado peligro si vamos volando, mi capa no te cubre a ti y toda la montaña verá tu paso por el cielo. Guarda esas hermosas alas, que voy a cubrirlas con la manta.

-¡¡¡Auuuuuu!!! -Dex aúlla como muestra de su decepción- ¡Que cruel!

-Basta amigo, pareces cachorro con juguetes nuevos. Anda, habrá que practicar tus habilidades, recuerda que puedes borrar tu presencia de los demás. Debes aprender cómo hacerlo y entonces podrás usar libremente tu armadura y tus alas.

– ¡Lo había olvidado! Vamos cúbreme, démonos prisa para regresar.

Momentos después van recorriendo la ruta a la inversa, montada en el gran lobo Kat percibe el calor de la canasta-nido a su espalda y hace un rápido recuento mental del resultado de su primera misión. No ha pasado tanto tiempo, pero se sentía distinta. Esos pequeños huevos le habían dado muchas razones para ser responsable, además no olvidaba que era su papel cuidar a Mizu y que debía aprender rápido todo lo posible.

¿Realmente sólo habían pasado siete días que había dejado la pradera del Durazno Ancestral? Ese tiempo de juegos y de ignorancia infantil ahora le parecía muy lejano…

Encuentros

Mizu ha encontrado una rutina para entrenar cada día con sus tres maestros, el Senséi Taro le ayuda mucho a mejorar su puntería y le da ejemplos de lo que hacen los humanos, se había acostumbrado muy deprisa a comer platillos preparados por ambos. Maese Ornas ha iniciado a enseñarle esgrima en el agua, donde ella se transforma en una graciosa y linda pulpo para aprender mejor a moverse y ser escurridiza. Por su parte, la gran Obah le ha dado muchos ejercicios para aprender a mejorar su sensibilidad, viajar en lo inmaterial y además entender las sutilezas de las transformaciones en otras criaturas.

Saber cómo están hechos los seres vivos es una herramienta inmejorable para curarlos y ayudarlos. La perla negra, regalo que le diera el espíritu del mar, su “padre” bajo el agua era ahora un ancla que usaba en sus viajes sutiles. Además de esos maestros de carne y hueso, de vez en cuando se escapaba para ir al Valle de los Encinos y subir a la roca, donde su madre le hablaba y le enseñaba la historia de su clan.

Esas visitas las guardaba sólo para ella, intuitivamente sabía que a su tutora marina no le iba a gustar que hiciera viajes en lo sutil por su cuenta. Todavía no percibía que su desaprobación no sólo sería por que viajara a solas, sino por otras razones más importantes.

El recuerdo de Kat no se borraba de su corazón, y pronto sintió mucha nostalgia de su presencia. Aquella mañana, justo a los siete días a partir de su llegada; le solicitó a su tutora visitar nuevamente a su hermana en lo sutil.

– ¿Podemos ir otra vez a ver a Kat, abuela? La extraño mucho

-Desde luego, prepararé un viaje para ir pronto a verla. Mientras tanto, sigamos practicando la sensibilidad a distancia. Le he pedido al Clan de los Delfines que se esconda, ¿podrás encontrarlos sin entrar al mar, desde aquí? ¿Me puedes decir dónde están ahora?

…Y así siguieron los días pasando, aunque estaba trabajando duro en sus entrenamientos pronto se dio cuenta que la rutina le daba una sensación de seguridad muy agradable. Dormir, entrenar, comer, descansar, entrenar, comer, descansar, entrenar, cenar y reiniciar el ciclo parecía una agradable manera de convertirse en Sacerdotisa del Templo de Vusin. Incluso llegó a olvidar a los Orgones en esa aparente paz que estaba disfrutando, gracias a la protección que le diera el Espíritu del mar.

Las esporádicas visitas al Clan de los Zorros también le habían dado herramientas interesantes. Gracias al espíritu de su madre, había aprendido las cualidades inherentes a los zorros. Astucia, agilidad, inteligencia, sutileza, y una amplia facilidad de disfrazar su presencia para no ser percibida o reconocida. Además, podía ver cómo iban creciendo aquellos cachorros que ahora sabía eran los hermanos de Kat.

Sus entrenamientos le parecían muy interesantes, pero comenzaba a creer que le hacía falta un poco de libertad para decidir. Sus encuentros con Zeke y con el espíritu de Suki generalmente le daban la sensación de ser controlada por su tutora y no tener posibilidad de tomar decisiones libremente en sus entrenamientos, con lo cual una pequeña semilla rebelde crecía en su corazón.

La Abuela Tortuga pudo percibir esa semilla incipiente, pero lejos de preocuparse se alegró bastante. Esa adolescente sensible también necesitaba un poco de fuerza de carácter, y ser rebelde requiere tener los suficientes arrestos para enfrentar aquello que se considera injusto o insuficiente.

Esa mañana, siendo el vigésimo día desde su separación de Kat empezó como los demás, pero pronto tuvo un cambio evidente, Mizu se preparaba para entrenar y el pequeño Chois llegó a verla a la gruta mientras almorzaba la comida que le había llevado el Senséi Taro para desayunar. Se había acostumbrado a comer esa comida tan fresca que preparaban juntos, con un salado y agradable sabor a mar.

-Buenos días Princesa, La Gran Obah le pide prepararse hoy y no comer demasiado por que harán una práctica de Viaje Sutil. Por favor diríjase al galeón hundido cuando termine las prácticas.

-Entiendo Chois. Gracias.

-Con su permiso, Princesa.

Mizu termina de comer un poco de su arroz con pescado ahumado que le había gustado mucho, y se reprimió del deseo de tomar otra porción por el aviso de Chois. Lo comería de cena, así que tuvo cuidado de guardarlo lejos del alcance de las gaviotas.

Ya antes le habían sorprendido y se habían llevado su comida sin permiso, dejándola muy disgustada además de irse a la cama con apetito.

– ¿Podré encontrarme hoy con Kat? Hace tiempo que no hago viajes sutiles con la abuela, espero que esta vez cumpla mi petición.

Con esa idea en mente, toma un poco de agua fresca y se va a su campo de entrenamiento para encontrarse con el Senséi. Había avanzado mucho en su habilidad al arrojar proyectiles, y eso le daba una sensación de autocomplacencia que la hacía sonreír con el recuento de sus logros.

Trabajando el tiempo corre más rápido si disfrutas tus actividades, y Mizu había transformado en retos los ejercicios. Casi era un juego donde se divertía superando los más complicados movimientos y había empezado a inventar algunas técnicas por su cuenta.

El Senséi Taro poco a poco la dejaba ser creativa. A menudo su actitud era de asombro mal disimulado cuando acertaba a un blanco complicado con cierta facilidad.

Después de despedirse de su querido Senséi, debía ir a ver a Maese Ornas y tomar un bocadillo en el costado del galeón hundido. Al principio Tirim la acompañaba pero se aburrió rápidamente cuando se concentró en sus ejercicios. Su cuerpo de octópodo no le fue muy agradable a su amigo delfín, le había dado un par de baños de tinta por accidente.

Terminando su horario en el mar, se transforma y espera a la gran Obah dentro del galeón. Ese lugar era donde tenía los entrenamientos de los viajes sutiles. Sus expectativas de encontrarse con Kat eran tan fuertes que había olvidado comer su bocadillo acostumbrado. Sería una gran decepción si su viaje fuese diferente a sus deseos.

Se sumerge en diferentes pensamientos consecutivos mientras espera a su tutora y no se da cuenta que detrás de ella hay alguien hasta que una enorme sombra la cubre.

Se sobresalta y se pone a la defensiva mientras se gira rápidamente para enfrentar al intruso, al verlo se lleva una sorpresa enorme ¡es el espíritu del mar! Después de un pequeño grito se abalanza a abrazarlo por el cuello.

-¡Padre! Me has dado un buen susto, No esperaba verte hoy

-¿Qué haces aquí tú sola? Tirim debería cuidarte cuando estás en el mar

-¡No vayas a regañarlo!, vino hace rato pero le dije que si quería irse con el clan se fuera, Maese Ornaz vigila el galeón cuando yo estoy en él. Yo ya puedo defenderme mejor que cuando nos vimos la última vez, Padre.

-No debes alejar así a tus guardias, pequeña. Ellos deben obedecerte si les dices que se vayan, y tú puedes estar en peligro. Promete por las olas del mar eterno que no volverás a hacerlo.

-No lo haré otra vez, lo prometo por las olas del mar eterno.

-Bien, espero que cumplas tu promesa, no la tomes a la ligera. Has cambiado y madurado, se nota. ¿lista para tu viaje sutil? Esta vez irás conmigo, no con la abuela tortuga.

-¿contigo?

-Si, este viaje es muy importante para ti y para tu hermana. Ella ya nos está esperando.

La mención de su hermana le hace alegrarse mucho, sus ojos brillan de entusiasmo y aplaude mientras grita

-¡siiiii lo sabía! ¡Al fiiiin!

-Ya cálmate, pequeña, No tenemos mucho tiempo, y la comitiva está esperando.

-Ya me calmo, ya estoy calmada, calmadísima. Mizu se ha sentado frente al espíritu del mar.

-Jajajajaja no cambias, eres única. Bueno empecemos

Juntas otra vez

El espíritu del mar levanta su mano y las morenas que conociera en el santuario se acercan a él.

-Ya saben qué hacer, -Yaelus, Aelus, regreso pronto, Vigilen con mucho cuidado, ni una sola onda de agua debe pasar por aquí sin que la revisen.

Las morenas saludan con la cabeza a ambos, y se colocan a cada lado del galeón. El espíritu del mar ahora se dirige a Mizu.

-Yo no suelo hacer viajes sutiles, pero hoy debo presentarte con la Alta Jerarquía, pequeña. Lo mismo hará alguien más para tu hermana, será bastante interesante para todos. Hace mucho tiempo que no nos reunimos todos los primordiales en un solo lugar,

Comienza a cantar el ritmo que usa la abuela Obah con un susurro, y con un gesto de su mano le pide hacer lo mismo. El suave ritmo pronto los hace sumergirse en las corrientes sutiles, dejandose llevar por las olas etéricas del mar inmaterial.

El Primordial la guía suavemente hasta una vertiente que corre cristalina hasta una pradera conocida por ella, fácilmente reconoce la pradera del Durazno Ancestral, que está lleno de frutos brillantes.

Mizu se sorprende al darse cuenta que ya están entre las raíces del árbol, pero en lugar de encontrar su pequeña guarida de cachorros, hay un enorme salón rodeado de raíces y de micelios entrelazados, en un despliegue de colores y texturas que recordaba tapices coloridos del mundo humano,

El aire estaba lleno del canto de cigarras y de luciérnagas brillantes, como pequeñas estrellas bailarinas. El aire fresco olía a tierra húmeda, a insectos,  a hierba fresca, a vida vegetal y a perfume de los dulces duraznos maduros. El suelo es acolchonado por suave musgo esponjoso, verde esmeralda. Es un espacio circular, y al centro hay una raíz sobresaliendo, su silueta tiene forma de un anciano humanoide, pero con características vegetales.

Cerca de él está Kat, con su cuerpo de Chica Zorro y acompañada de una mujer con cualidades de reptil, Era de una belleza muy llamativa, su mirada era hipnotizante y profunda, Las llamas brillaban en las pupilas de ambas mujeres.

Se posan en el suelo esponjoso y se acercan a saludar, Kat hace un gesto de asombro pues es la primera vez que ve a su hermana con el cuerpo de chica, queda encantada de ver que son muy similares, y que Mizu se ve tan linda con su larga cabellera azul.

Sus ojos son tan límpidos y transparentes que parecen dos turquesas, sus movimientos ondulantes son suaves y ágiles a la vez. Su blanca piel tiene un tono bronceado por el sol de la playa, el ejercicio le ha marcado suavemente los músculos

¡Es perfecta! Su corazón se acelera con el entusiasmo del encuentro y se ha sonrojado hasta las orejas peludas mirando fijamente la sonrisa y la mirada de Mizu.

Por su parte, Mizu se concentra en examinar y sentir con sus cualidades empáticas a la mujer que acompaña a Kat, Ella ha sentido y conocido a casi todas las criaturas de la Montaña Sagrada, pero esta nueva entidad la ha dejado muy sorprendida.

Se tranquiliza al sentirla y encontrar en ella pensamientos y deseos muy positivos así como un profundo amor por su hermana, muy maternal.

Kat se ha limitado a saludar con respeto al hombre-caballito de mar que acompaña a su hermana, De un solo vistazo sabe que ama a Mizu como su padre, y que está segura a su lado, eso es todo lo que podría interesarle de ese ser que es tan distinto como Ígnea, su acompañante.

Después de esos momentos de reconocimiento mutuo y saludos, ambas chicas ya no resisten más y corren una a los brazos de la otra, Kat es un poco más grande y fuerte, la toma de la cintura y la levanta, Mizu se sorprende pero sonríe divertida, ambas giran y ríen.

Kat pierde el equilibrio y caen al musgo, ruedan sobre el suelo y por unos breves minutos se sienten otra vez un par de cachorros jugando sin preocuparse en la pradera.

Mientras despliegan activamente con sus risas y juegos la intensa alegría de estar juntas otra vez, llegan otras dos entidades que las miran entre divertidas y curiosas.

Las cuatro figuras de los primordiales forman un grupo muy variopinto, el ambiente se carga de energía potente.

Las dos adolescentes se detienen al percibir a los 4 primordiales reunidos en ese espacio. Se acomodan rápidamente junto al primordial que las llevara a ese encuentro, a la expectativa de lo que sucedería a continuación.

El Pentaciclus se ha formado entre ellos, brillando con líneas de luz blanca en el aire del recinto.

¿qué está pasando?

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