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jardín del pulpo

Mirrowin regresa

Kat está inquieta dentro de la guarida de la cascada, tiene mucha energía para esperar y muchas preguntas para resolver. Se pregunta si Mirrowin estaba bien en su casita tan confortable, con esos tres orgones atacando.

Sur Dex se siente responsable de la seguridad de la adolescente, no demuestra que está preocupado para no alarmar a Kat pero realmente quisiera haberse quedado con su amiga Mirrowin, a quien conocía desde que era un cachorrito.

Podía haberle servido de ayuda contra lo que fuera. Pero sabía muy bien su papel de protector de la portadora del fuego, y lo cumpliría sin dudar.

Kat intentaba distraerse jugando con los dos pequeños mapaches, pero después de un rato de jugar con ellos, se aburrió también. No podía quitarse de la cabeza a ese par de enormes lagartos avanzando hacia la meseta, y ese humano a caballo, tan inquietante.

Entre los humanos que había visto a veces de lejos no había ninguno como aquél. Se enchinaba la piel al verlo.

Con un calosfrío repentino Kat se acerca al fuego y se calienta un poco. Pone un poco más de leña a la fogata. Luego recuerda su túnica colgada y la revisa, ya está seca. Con un poco de trabajo logra ponérsela nuevamente para entrar en calor.

-No sé cómo atar esta cosa en mi cintura, Sur Dex. Cuando me lo puso Mirrodin parecía muy fácil…

-Lo siento Kat. No tengo manos con dedos para ayudarte con eso.

-No importa, la atoraré lo mejor que pueda.

-Shhh, alguien se acerca.

Sur Dex se levanta y se agazapa para defenderse si fuera necesario, mientras Kat se coloca detrás suyo y saca la daga que tiene en su saquito, aunque no sabe bien cómo lo usará se siente más segura si la empuña.

Los ruidos que escuchara Sur Dex cada vez están más cerca, y ambos están alertas. En ese momento, un vibrante sonido agudo y parecido al canto de algún ave llega desde fuera. Sur Dex  se relaja y empieza a mover la cola con alegría.

Kat no entiende qué pasa pero un minuto después Mirrodin brinca montada en un gran ciervo a través del agua de la cascada y entra a la guarida. Baja de su montura de un brinco y el gran lobo la recibe con lengüetazos a la cara.

-Ya basta, grandote. A mí también me da gusto verte.

-¡Cuéntame cómo los venciste!- Sur Dex habla con su amiga con alivio. -Debes haberles hecho correr asustados…

-Sólo un poco, grandote. No estaban a mi altura, parecían lombrices ciegas en el lodo…

Ambos se rieron del comentario, pero Kat se percata de algo y los interrumpe

–¡Mirrowin! ¿Estás bien?

-Tranquila, pequeña, no es nada. Además esos orgones apestosos y torpes ya no son un peligro para nadie.

En ese momento Kat se acerca a Mirrowin. Tiene una herida en un hombro, que se cubre con la mano. Un hilito de sangre ha hecho una mancha sobre su túnica, que está algo sucia y un poco rota.

-¡Mira, Estás herida!- Le dice Kat.

-Es solo un rasguño, sanará rápido. Lo que quiero es quitarme de una vez esta ropa sucia. Dame un momento.

El ciervo

Mirrowin acerca a su montura al fuego y amarra la brida a una argolla de metal que parece estar puesta para esa función, en un rincón alejado y cubierto con ramitas y de hierbas secas.

ciervo

El gran ciervo se pone a ramonear las ramitas, y Mirrowin le da unas palmadas en el cuello. –Gracias Rowin, siempre leal. Descansa amigo-

Lo revisa y se da cuenta que su montura está ilesa. Mientras Kat esta muy curiosa, se ha acercado a oler y tocar por todos lados al bello ciervo. Su jinete termina por interponerse para evitar que siga esa inspección tan extraña, Rowin se estaba poniendo nervioso.

-¿Mirrowin, quién es tu amiga? ¿quiere comerme? pregunta Rowin.

-Tranquilo, no te comerá. Basta Kat, déjalo ya en paz.

La guardián suspira, luego se acerca a la parte donde hay huecos en la pared rocosa y destapa uno pequeño que Kat no revisó. Allí hay otra túnica de piel, enrollada. La saca y empieza a desanudar su cinturón, pero trabaja solo con una mano. Kat se acerca a ayudarle.

-A ver, espera un poco. Es bueno que tenga manos ahora.- Le dice Kat.

Desanuda su cinturón y va a quitarle la túnica pero Mirrowin se queja un poco. Le duele mover el brazo derecho, que es donde está herida. Entonces le da indicaciones a Kat.

-Toma tu daga, y corta la túnica para quitarla.

-Bien.

-Kat corta con cuidado y algo de torpeza (nunca ha usado sus manos para cortar algo), y Mirrowin termina el trabajo ayudándose con los dientes, desgarrando de un tirón con la mano sana. Toma ese pedazo con su mano izquierda para secarse. Lo consigue a medias, y empieza a tiritar un poco. Se sienta en la esterilla junto al fuego.

-Kat, corta unas tiras largas de la túnica, y ponlas cerca del fuego para secarlas. Dame una para detener la sangre. Hazla delgada.

-Kat obedece, y Mirrowin se ata en el hombro la tira de piel a modo de vendaje provisional.

Bebida caliente

olla de hierro

-Nos iremos en un rato. Mientras tanto, tomaremos un té. Eso me ayudará a entrar en calor, tengo frío.

-¿Qué es un té?  Pregunta la curiosa aprendiz.

-Una bebida caliente, Kat. Sur Dex, ve a comer algo, grandote. Aquí estaremos bien por ahora.

-Está bien, pero no tardaré. No quiero dejarlas solas mucho tiempo si estás herida.

-Sabes que podría vencerte con una mano, ¡vete ya!

-Jejeje. Eres una presumida, Mirrowin. Ahora vengo.

El enorme lobo salta fuera de la guarida, y Mirrowin le pide a Kat que le ponga agua a la olla de la pared, para ponerla al fuego. La adolescente obedece a su tutora mientras le hace una petición.

Petición a la maestra

-Enséñame a pelear, Mirrowin. Quiero aprender.   

– Y lo harás pequeña, pero no conmigo. Tu maestro ya está esperando por ti, para sacarle jugo a tus habilidades necesitas a otro portador del fuego, que te muestre lo que puedes y no puedes hacer. Yo sólo debo mostrarte cómo desenvolverte como mujer, Kat.

– Pero no quiero que me protejan todo el tiempo y sentirme inútil… Replica Kat con un gracioso mohín de frustración.

– Solo será por un tiempo, pequeña. Después podrás defenderte sola y hasta te pedirán ayuda los que no puedan luchar solos.

-¿No me puedes dar tan solo unos consejos? Por ejemplo, enséñame a usar esa daga que me diste.

-Mmm, bueno, eso creo que no afecta tu aprendizaje. Pero será cuando regresemos a la casa, ahora no. Vamos, sirve ese té que quiero tomar algo caliente.

Aprendiendo de los orgones

-Dime como lo hago. Y háblame de los orgones, ¿cómo lograste vencerlos?

-Hay un frasco transparente en ese hueco con flores secas, échalas todas al agua hirviendo y quita la olla del fuego

-Voy.

Kat prepara la infusión como le ha pedido y quita la olla del fuego a mano limpia, sin chistar. Mirrodin le hace notarlo.

-¡Mira Kat! Otra vez compruebas que el fuego no te daña, yo no podría hacer eso sin quemarme la mano muy profundamente.

-¿De verdad? Cuando era un cachorro casi muero quemado, mi madre Suki me salvó de las llamas… pero yo no lo recuerdo, eso me lo platicó Egly.

-Conozco la historia, pero cuando caíste al manantial te hiciste invulnerable al fuego. Sin embargo tienes un punto débil. A pesar de que el agua normalmente no te afecta, en ambientes muy húmedos no podrás usar tu elemento.

-Pero pude prender fuego aquí… Kat está un poco confundida

-Si, pero no podrías hacer nada más. Ya me entenderás cuando tu maestro te instruya. Saca esas vasijas pequeñas para servir el té.

-Está bien, pero no me has hablado de los orgones todavía.

Kat sirve dos vasijas de té y le da una a Mirrowin. Se sienta junto a ella en la esterilla y ambas toman el líquido aromático.

-Mirrowin busca la mirada de Kat, y descubre en sus ojos las llamas ondulantes que guarda en ellos. Entonces entiende la fuerza de su elemento en ella.

-Los orgones pueden hacer mucho daño, pero su guerra no tiene el objetivo de restablecer el equilibrio, y ese es su punto débil.

-Su energía puede ser grande pero es caótica, casi es correcto decir que es torpe. Como un cachorro mordiendo una roca queriendo romperla con sus colmillos de leche, se lastiman a ellos mismos por su propia testarudez.

-Además tienen mucha arrogancia, lo que hace que sean manipulables si entiendes cómo sacarlos de sus casillas. En ese momento, enfocarán toda su energía en el siguiente golpe o ataque, y basta que lo esquives para que lo tengas listo para tu ofensiva final.

Quedarán cansados, confundidos y desorientados pues descargarán mucha energía en un solo movimiento.

Ataque de estrategia

-Entonces debes apuntar al punto de su cuerpo que tenga una mancha clara, que destaque por no estar sucio, o sea diferente por algo. Allí es donde se acumula el equilibrio del Pentaciclus, y debes liberarlo con un solo toque de poder elemental.

-Ese ataque se llama Retornum, palabra que debes gritar al momento de hacerlo para activarlo.

-Eso libera toda la energía necesaria para que el animal o entidad recuerde su origen y vuelva a ser el mismo de antes, previo a ser contaminados de la energía orgón.

-Después de eso, la batalla termina pues se alejan a recuperar su vida, a limpiar y equilibrar su energía. A reencontrarse con sus seres queridos. No los matamos si podemos evitarlo, Kat. Ellos no saben lo que hacen.

-Sin embargo, hacer esto no es lo único. Esa técnica de defensa la generó mi clan, el Clan de los Guardianes. Los guardianes estamos a medio camino entre humanos y espíritus del bosque, por eso nos parecemos tanto a ellos pero tenemos muchas cosas que nos hacen diferentes.

-Otros clanes tienen otras técnicas y otras defensas.

-Los lobos se defienden con sus colmillos y garras, y trabajando en manada. Los ciervos prefieren alejarse, pero si deben enfrentarlos usan sus patas y astas. En fin, cada uno aprovecha sus cualidades para enfrentarlos.

-Tu deberás encontrar tu propia manera de enfrentarlos Kat. Tienes cualidades de Zorro, de Humana y el poder elemental del fuego. Esta cualidad te hace espíritu defensor de la Montaña Sagrada.  Al parecer tienes mucho talento, y el poder elemental que llevas es muy intenso…

– ¿Talento? Pregunta Kat

Cocinando por primera vez

Las interrumpe la llegada de Sur Dex, brincando a través de la cascada. Lleva algo de sangre en las patas delanteras y el hocico. También lleva un pedazo de carne que tira junto a Kat.

-Te traje algo, zorrita de fuego. Debes tener hambre de algo más que frutitas-. le dice mientras guiña un ojo.

-¡Siiiii, gracias! Se ve delicioso…

-Kat toma el gran trozo de carne y lo muerde pero no puede desprender el trozo de músculo, sus dientes no son colmillos de zorro y no desgarran las fibras. Aunque sus colmillos son algo más grandes que los de un humano normal, no son suficientes para arrancar pedazos de carne como antes. Forcejea y jala con fuerza, pero solo puede abrir un hueco.

Mirrowin la ve con ojos divertidos

-¡jajajajaja ahora no puedes comer como antes, Kat!. Toma tu daga para ayudarte a cortar las fibras, eso te ayudará.

-¡Ahh que buena idea!

Con la daga Kat corta trozos de la carne y empieza a mascarlos, pero pronto se da cuenta (al intentar tragar el primer bocado y atragantarse) que debe masticar mucho para no ahogarse. Y las fibras de la carne son muy duras… Kat escupe el bocado y hace un berrinche

-¡Mierda! ¿cómo se supone que comeré ahora? Grita frustrada mientras patalea una piedra.

-Cálmate Kat, las damas no escupen ni maldicen. Toma la olla, ponle agua y la carne en trozos junto con el hueso, ponle esas hierbas de allí y un poco de sal del frasco que encontrarás en el mismo hueco donde estaba el que trajiste para hacer el té, y luego pon la olla al fuego. Eso hará suave la carne y podrás comerla mejor.

-¿En serio? Gracias Mirrowin

-Kat va poniendo a cocer la carne en trozos, como le indica Mirrowin. Atiza el fuego con más ramas secas y lo deja cocinando. No le quita la vista de encima y le pregunta a su maestra.

-Se está poniendo paliducha… ¿Por qué ya no se ve tan roja y rica?

-Se está ablandando, eso que haces se llama cocer. Tendrás un guiso al final y podrás comerlo.

– ¿tardará mucho?

– Con tu daga puedes ver si ya está lista, si picas los trozos de carne y la daga entra fácil, entonces ya está suave.

Sur Dex ya se ha limpiado de las manchas de sangre con la lengua, y se acerca a Mirrodin para oler su hombro lastimado. Lame suavemente la herida mientras la guardiana emite un quejido.

-¡Auch! Deja grandote, me duele.

-Te mordieron profundo, necesitas que te curen. ¿quieres que vaya por Mit Jay?

-No. Puedo llegar a casa como llegué aquí.

-No me refiero a eso. Me refiero a la energía del espíritu orgón que pudo haber entrado en ti.

-Estoy bien, grandote. No te preocupes, ya me hice cargo de ese riesgo antes de llegar.

Al fin a comer

-Kat está ansiosa y no se separa de la olla. Prueba con insistencia la dureza de la carne con su daga, y en cuanto su cuchillo penetra sin esfuerzo el trozo más grande, toma la olla y la quita del fuego. Se acerca a la esterilla donde se sienta junto a Mirrowin y saca con su mano un gran trozo. Se lo lleva a la boca y muerde. Ahora sus planos dientes humanos cortan todo, y toma un buen bocado que empieza a comer. Sus ojos brillan de placer.

-¡¡¡MMMMM MMMMM!!! Eshto eshta delifshiosho…

-No hables mientras comes, Kat. Es peligroso. La tutora la mira de reojo.

-¡Coff coff coff! Kat se endereza tosiendo y Mirrowin le da un golpe en la espalda, que desatora el bocado en su garganta y le ayuda a escupir.

– ¡Rayos y truenos!, ¡no podía respirar!

-Toma un poco de agua, y come despacio. Y no hables mientras comes o te volverás a atragantar. Tu cuerpo es diferente, Kat. Debes aprender a cuidarlo y cuidarte.

– Ya entendííí…

Kat está aprendiendo muchas cosas nuevas, se concentra en comer mientras Sur Dex y Mirrowin hablan de la mejor manera de defender la casa de la guardiana. La adolescente se queda en silencio, pensando pero devorando la carne cocida rápidamente.

Esta nueva manera de probar la carne era muy sabrosa. Cuando menos se lo espera, está ansiosa por contarle a Mizu que la comida caliente sabe delicioso, y pensar en ella le hace recordar cuánto la extraña.

¿los orgones ya la habrían buscado? Esa idea le provocó un vuelco en el estómago, y casi le quita el apetito.

El peligro no debería rondar un corazón tan dulce…

El Naufragio

Mizu sigue dentro del cuerpo del delfín y ha aprendido muchas cosas. Ha explorado la costa junto con el clan que la recibió, pero se siente triste y algo confundida. El saber que existen seres oscuros que hacen daño a otros ha sido igualmente sorpresivo y duro.

Ella tiene una naturaleza empática, y la abruma saber que hay dolor innecesario en la montaña sagrada y el mar. ¿qué puede motivar a alguien a lastimar a otros a propósito? No podía entenderlo.

Esa tarde había pasado cerca de ella un grupo de tortugas bebés, recién salidas del nido y empezando su larga vida en el océano. ¡Se veían tan lindas y alegres de iniciar su viaje!… tan solo de imaginar que los orgones les pudieran hacer algo la hizo llorar. Tirim la consuela lo mejor que puede, pero también sabe que su corazón es muy sensible y respeta su dolor.

-Ven, vamos a conocer a un amigo que vive junto al naufragio, *Trixes*

-Ahora no estoy de ánimo, Tirim…

-Anda, te va a gustar. Es muy simpático. Además no tienes nada mejor que hacer, ¿o sí?

-Bueno, vamos…

-¡Sígueme!

-Ya voy…

-Nadan juntos hasta el gran barco hundido. Tirim la lleva primero dentro del casco roto, donde curiosean juntos un rato y juegan con los objetos que los humanos hacen para diferentes cosas. Hay cacharros de cocina, baúles con ropa, libros, un par de instrumentos musicales, una muñeca de porcelana, espadas, arcabuces, dos pequeños cañones de hierro, cadenas, y muchas cosas que Mizu no entiende para qué las hacen, o para qué sirven. La proa del barco tiene labrada una mujer con el torso desnudo, Tirim le cuenta a Mizu que la tradición de los marinos es ponerla para que los dioses de la tormenta no ataquen el barco al verla.

Salen a tomar una bocanada de aire y Mizu todavía tiene la mirada triste. Tirim lo nota y buscando distraerla le dice

-Estos humanos pueden ser muy curiosos, se la pasan haciendo cosas y guardándolas. No los entiendo.

-Ya quiero regresar a la gruta, Tirim. Quiero buscar a la Abuela. Quiero volver a casa con Kah, y con Egly. Los extraño mucho…

-Espera, no te he presentado a mi amigo. Ven, estaba esperando el atardecer. Es la hora perfecta para que lo conozcas.

Tirim se sumerge y Mizu lo sigue a regañadientes.

Cerca del naufragio hay un banco de corales que es donde el barco encalló y rompió su casco en una tormenta.

¿A los dioses no les ha importado la escultura de la proa?

Quizás esa sea la razón por la cual la cara de la mujer parece tener una expresión triste, piensa Mizu al verla. Sus ojos que debería ver siempre al horizonte frente a ella ahora parecen llorar, con un par de pequeños corales circulares en las comisuras.

Esos corales crecen sobre y alrededor del barco, detrás del casco encallado hay una capa de arena blanca y unas rocas encimadas formando un pequeño monte.

Cuando se iban acercando la luz del crepúsculo cubrió de lleno el naufragio, al tiempo de que la guarida de rocas sobre la arena se iluminó de manera sorprendente.

Alrededor de ella luces de colores brillantes empezaron a surgir y a ondular con el agua. Colores translúcidos parecían bailar alrededor de esas piedras y la curiosidad llevó a Mizu a acercarse después de voltear a ver a Tirim con una sonrisa de sorpresa. Tirim solo le devolvió la sonrisa con aire de autocomplacencia

jardin multicolor

jardín submarino

-Sabía que te gustaría… pero no te acerques mucho si no quieres llevarte una sorpresa desagradable.

Mizu llega a la guarida y puede entender el origen de esas luces bailarinas. En la arena, frente a la entrada de esa pequeña guarida de rocas hay monedas de oro y piedras preciosas engarzadas en piezas de joyería.

Cubiertos de plata, pedazos de botellas de vino, botones de metal, trozos de platos y tazas de porcelana con borde dorado, canicas de vidrios de colores y otras cosas parecidas, en un curioso tapete multicolor que relucía con la luz del sol.

Nube de Tinta

Se veía tan bonito que no pudo evitar acercarse más a curiosearlo cuando Tirim la empuja de repente y frente a ella, justo frente a su nariz se despliega una nube oscura que la sobresalta.

Primero piensa que son orgones que los están atacando y retrocede asustada, pero frente a ella Tirim la ve muy relajado y con una franca risa de diversión, por lo que baja la guardia y se acerca algo enojada a su amigo…

-Oye, no me gustan esas bromas…   

-Yo no te jugué una broma, te empujé para que no te bañaras en tinta ¡Te dije que no te acercaras mucho!… Mira, te presento a Ornas. Mi amigo el pulpo. Es un gran artista, pero es muy temperamental…

Un pulpo enorme está frente a las piedras y con sus tentáculos acomoda las monedas y cosas brillantes frente a su guarida.

-Tirim, ya te he pedido que no traigas extraños a mi jardín sin avisarme. Cuando nadan cerca hacen corrientes que mueven todo y es mucho trabajo volver a acomodar y limpiar todo cada vez que se te ocurre venir con alguien nuevo… Refunfuña el octópodo enojado.

Mizu observa sorprendida al pulpo (que cambia de colores en patrones muy interesantes a cada momento) mientras mueve las cosas y quita la arena de esa cubierta colorida frente a su guarida.

pulpo

-¡Que lindo está tu jardín! Perdón si lo he dañado, ha sido sin querer… Se disculpa con el curioso artista enfurruñado, que voltea a verla y se sorprende.

-¿y tú qué haces en ese cuerpo? La actitud del pulpo de repente cambia. Su piel se cubre de círculos de color turquesa, con las espirales del símbolo de la cueva en la gruta de la ballena.

Tirim se acerca de prisa y le cuchichea a Ornas algo que Mizu no puede escuchar. La piel del pulpo ahora se apaga y adquiere el color de la arena que lo rodea. El octópodo asiente con su gran cabeza. Ahora su actitud es ceremoniosa.

-Acércate, princesa. Tú eres bienvenida siempre a mi jardín. Disculpa por bañarte con mi tinta.

-Gracias, es muy lindo lo que has hecho con tu jardín, Ornas. Tiene los colores más brillantes que he visto

Los ojos del pulpo brillan de orgullo.

-¡¡Ay!! ¡Por mis ocho tentáculos!, una conocedora de arte al fin me entiende… Todo sea por el Pentaciclus y el equilibrio del mar.-

El pulpo se transforma en una diva ridículamente vanidosa delante de sus ojos. –Prefiero que me llamen Maese Ornaz, si eres tan amable princesa.-

-¿Qué tiene que ver el Pentaciclus con tu jardín, Maese Ornas? –pregunta la ahora divertida Mizu

-Mi jardín es lo más importante. Mantenerlo limpio y en orden es lo que sostiene el equilibrio de la energía elemental del mar en esta playa. Es una labor muy importante, que me encomendó personalmente el Espíritu del Mar…

Tirim se ríe y con aire burlón interrumpe

-Tú no has hablado con el Espíritu del Mar, Ornas. Deja de repetir esa historia absurda.

-Eres un ignorante Tirim. Mi clan y yo tenemos una misión en el mar. Y estaba hablando con la princesa, no contigo. ¡No nos interrumpas, delfín insensible!

Tirim se sigue riendo entre dientes y se disculpa

-Uff – Ya, no te disgustes, amigo. Sólo era un comentario…

-A veces no entiendo por qué te considero mi amigo Tirim. Puedes ser muy molesto…

-Porque me amas, pulpo pegajoso… No puedes evitarlo, soy adorable… y porque te salvé de que terminaras en una red hace años, ¿recuerdas?

-¿Tienes que cantarme que te debo la vida siempre, Tirim?. Yo también te rescaté cuando…

Una señal de peligro

-¡¡Shhh!! Ya basta… dejen de discutir. ¡Miren! Algo está pasando… Mizu los interrumpe y los hace que vean hacia arriba.

medusas

Una nube de pequeñas medusas luminosas se ha posado sobre ellos, y empieza a girar suavemente. Tirim se pone a la defensiva, y Ornas se mete rápidamente a su guarida para salir un momento después con expresión de preocupación y con un cuchillo en cada tentáculo.

Mizu no sabe qué pasa y solo atina a retroceder mientras busca alrededor sin saber exactamente qué. Tirim la apura.

-¡Pide ayuda, princesa!. Esas medusas son la señal de que vienen orgones. ¡Rápido, no te detengas y ve a avisarle al clan!

-Mizu comienza a nadar lo más rápido que puede, ha aprendido a usar la ecolocalización y aunque el mar está oscuro al alejarse, no necesita ver el camino para orientarse.

El llamado

Sabe dónde está el Clan de los Delfines, y con sonidos ultrasónicos los llama desde lejos. Curiosamente esos sonidos ahora no son los mismos que le enseñaron a hacer en el clan, suenan diferente. Ella ha encontrado un llamado en su corazón, y lo emite con todas sus fuerzas.

A su alrededor se reúnen muchas criaturas del mar. El clan de los delfines son los primeros en llegar, pero hay mantarrayas, peces vela, morenas y muchos cardúmenes diferentes que están esperando por sus indicaciones.

 -En el naufragio se han reunido las medusas luminosas, hay que ir a ayudar a Tirim y a Ornaz, ¡vienen los orgones!

Todos se dirigen rápidamente al lugar y Mizu va al frente, pero unos instantes después, todo se pone oscuro de golpe a su alrededor. Sigue avanzando con la ecolocalización pero topa con unas largas fibras y no puede avanzar. Entonces una voz le habla.

-Princesa, El Espíritu del Mar te llama. Te llevaré a salvo a verlo, esta batalla no debes pelearla. Soy Cérteron, me han enviado a buscarte. Descansa, llegaremos en un rato al Templo de Turquesa.

En ese momento, Mizu se da cuenta que no ha tomado aire por un rato y se empieza a sentir sofocada. Sube y encuentra que hay un espacio vacío donde respira profundamente. El aire huele a pescado y a encierro, está caliente pero tiene el oxígeno que necesitan sus pulmones.

Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad, puede percibir como si estuviera dentro de una cueva. Redondeada, rojiza y cálida. Entonces puede pensar con más claridad, entiende que está dentro de la gran boca de una ballena.

-¿Cérteron? ¿Estoy en tu boca?

-Si Mizu. Era necesario alejarte del peligro, disculpa que te llevara sin avisar. Tu llamado lo recibió el Espíritu del Mar, e inmediatamente me ha ordenado ir por ti. No había tiempo para presentaciones, era una emergencia.

-Entiendo, gracias por tu ayuda. Pero me preocupan Tirim y los otros, ¿no puedes ayudarlos? Con tu tamaño…

-Las órdenes del Espíritu del Mar no se pueden desobedecer. Lo lamento, pero tus amigos deben pelear su batalla solos.

-¡Oh! ¡pero podrían lastimarlos los orgones! ¿eso no le importa al Espíritu del Mar?

– Eso puedes preguntarlo directamente cuando lleguemos al templo. Ya falta poco, princesa.

Muy frustrada, Mizu resopla con el espiráculo de su cabeza. Tiene miedo por su amigo Tirim, por el locuaz y vanidoso Ornas, y por el clan de los delfines. Tiene miedo por todos los que respondieron a su llamado. Y la incertidumbre hace que su corazón lata con prisa.

-¿Crees que estén a salvo, Cérteron?

-Creo que saben defenderse, princesa. Confía en ellos. No sabes todavía usar tus dones, pero tu llamado ha fortalecido el corazón de todos los que lo escucharon. Tu energía llegó a todos, y eso les ha dado posibilidades que antes no tenían para su defensa. Ya les has ayudado mucho sin saberlo.

-¿Yo les ayudé? No entiendo de qué hablas.

-Ya entenderás princesa. Y ya hemos llegado al Templo de Turquesa. Es hora de hablar con el Espíritu del Mar.

-Bien. Hay varias cosas que quiero preguntarle…

-Como sugerencia, déjalo hablar antes de preguntarle, princesa. Es posible que tus dudas las responda antes de que se las cuestiones.

-Gracias, Cérteron. Así lo haré.

-Es un honor ayudar a tan poderosos seres. No me agradezcas, me complace servir.

Mizu se sorprende de la humildad de la gran ballena. Con su tamaño podría dominar sin mucho esfuerzo sobre territorios y otros seres vivos, pero ha decidido servir de apoyo a una causa que es de utilidad para todo el mar.

Le ha demostrado un gran respeto apenas conociéndola. Esa experiencia dejaría una huella profunda en su aprendizaje, y sería de gran utilidad en su misión.

El Templo de Turquesa

Cérteron se detiene y abre la gran boca para dejar salir a Mizu. Una vez fuera se paraliza y se queda casi sin aliento al ver el lugar a donde ha llegado. ¡Frente a ella está lo más increíble que ha visto en su corta vida!

Hay un enorme domo formado por una sola burbuja, y dentro del domo hay un grupo de torres espirales, de todos tamaños. Semitranslúcidas y de un intenso color turquesa, parecen estar hechas de corales por que en los bordes de las curvas tiene pequeñas formaciones alargadas, similares también a las que se forman en las valvas de algunas caracolas.

Al centro de esas torres puede ver lo que pareciera una enorme concha, tan grande que Cérteron y su manada podrían nadar adentro con comodidad.

Alrededor de todo, por dentro de la burbuja; nadan todo tipo de seres vivos y también entidades luminosas que parecieran no tener materia en sus cuerpos.

En la arena del fondo caminan otras especies a un lado y a otro, entrando y saliendo desde diferentes aberturas dando al conjunto una imagen difícil de describir a detalle. ¡Hay tanto que ver que es imposible que se abarque todo de un vistazo!

Mientras Mizu observa sorprendida el templo se han acercado a ella dos entidades luminosas, blancas y ondulantes. Son dos pequeñas réplicas del Espíritu del Mar. Su tamaño es muy similar al de los delfines en su longitud, y Mizu se sorprende un poco al notar su presencia pues estaba absorta con el panorama tan asombroso.

Ella no se ha dado cuenta, pero su expresión de asombro es tan abierta y franca que hace sonreír a los pequeños espíritus al acercarse y verla con la boca totalmente abierta y sus ojos como dos lunas llenas, redondos, grandes y brillantes a más no poder.

Se sitúan frente a ella y con una inclinación de cabeza empiezan a hablarle al unísono.

-Saludos, Portadora del Agua. Bienvenida al templo de Turquesa, hogar del Espíritu del Mar. Venimos a guiarte hasta donde te está esperando. Síguenos, por favor. 

-Mizu toma conciencia de que la voz de esos guías y la del Espiritu del Mar (Recuerda la noche de la ceremonia, donde lo conoció) es totalmente diferente a cualquier voz que haya percibido antes.

No son palabras, sino música de tonos cristalinos y muy bella la que escucha. Se sorprende de entender ese lenguaje tan distinto sin que hubiese tenido que aprenderlo de nadie. Inclina la cabeza también y responde.

-Gracias, voy con ustedes.

Transformación

Los guías giran en redondo para indicarle el camino, nadan a buen ritmo frente a ella y pasan rápidamente a través del domo. Al atravesar la burbuja una luz intensa cubre a Mizu.

En ese momento y conforme pasa esa suave película, su cuerpo cambia al de una adolescente humana de unos 13 años, de brillante cabello largo color turquesa.

Mizu disfrazada e Thor

Sobresalen dos peludas orejas de zorro de su cabeza, y de la parte baja de su espalda brota una larga y mullida cola azul como sus orejas. La punta de la cola tiene una mancha blanca.

Se ve como una versión azul de Kat, pero su cabello es más largo, y sus ojos también son azules. Sin embargo, a pesar de una sensación entre cálida y fría que la recorre de la cabeza a los pies.

Mizu no se ha percatado del cambio en su cuerpo, sigue nadando sin parar entre todas las criaturas que están a sus costados.

A su paso, todos se van haciendo a un lado para dejar pasar a la curiosa comitiva, inclinándose y saludando con respeto a la adolescente, que se siente un poco abrumada con las atenciones de las criaturas a su alrededor.

Templo Submarino

Reflejos

Se detienen frente a una superficie pulida (la enorme puerta del Santuario) que funciona como un espejo, devolviendo sus imágenes. Al mirar su reflejo la sorprende y la hace retroceder.

-¡¿Qué me pasa?! ¡¡Ese no puede ser mi reflejo!! ¡Se supone que ahora soy un delfín!

Empieza a recorrerse a sí misma con las manos y la mirada, curiosa de ver sus manos humanas con dedos largos y finos, sus piernas y pies que mueve instintivamente para nadar le llaman la atención.

Mira en su reflejo su piel clara, en ella se distinguen apenas unas líneas que parecieran pequeñas escamas. Su cabello largo está ondeando suavemente en el agua, sus orejas se asoman por encima de su cabeza.

Al ver su cola detrás de ella en el reflejo, se gira de golpe para verla pero obviamente no lo consigue, entonces sigue girando y correteando la punta blanca que logra tener más a la vista en un intento de atraparla con las manos, ante la divertida mirada de los dos guías que se han detenido para esperarla. ¿hay algo más tierno que una cachorra persiguiendo su cola?

Un sonido fuerte y cristalino suena de golpe, lo que detiene los giros de la chica y se vuelve para ver cómo las enormes puertas de cristal empiezan a abrirse hacia adentro. Una corriente de agua se genera y Mizu no puede evitar que la arrastre por el Santuario, hasta quedar al centro del salón donde la esperaba el
Espíritu del Mar.

Con las volteretas de la corriente ha quedado de espaldas, algo confundida empieza a mirar a su alrededor mientras las puertas se van cerrando nuevamente. Al ubicar la entrada se gira para saber dónde está y buscar a los guías.

El Espiritu es Distinto

Entonces escucha la voz del Espíritu del Mar. La enorme serpiente que ella conocía no estaba por ningún lado. Ahora se encontró frente a frente con una presencia muy diferente, pero a la vez ya conocida.

-Bienvenida a mi Santuario, Princesa Mizu, Portadora del Agua, Hija y Novicia del Templo de Vusin. He de agregar otro título a tu nombre hoy, ¡Comandante del Océano!. (Mizu escucha risitas a su alrededor) Me alegra verte otra vez.

Frente a ella hay una silueta luminosa de una entidad mitad humana, mitad caballo de mar. Podría describírsela como un hombre grande y fuerte de la cabeza hasta la cintura. A partir de ese punto, el abultado vientre y la curva cola de un caballo de mar completan el inferior del cuerpo del Espíritu del Mar.

Otros detalles notables es que en lugar de orejas humanas tiene aletas membranosas, que no tiene nariz pero en su cuello sobresalen agallas que se mueven al ritmo de su respiración, y en sus brazos también tiene aletas membranosas, que parecen alas al compararlas con los pájaros.

En su espalda, una larga aleta pequeña lo recorre por la parte posterior del cuerpo. Su cabeza está cubierta de tiras membranosas muy alargadas que recuerdan al cabello, y a los lados de su cara y por encima de su boca tiene dos *bigotes*de la misma membrana, que se curvan y alargan hacia atrás. Sus ojos son azules, profundos y transparentes como los de Mizu, si piel es morena clara. Su expresión es sonriente y amable.

Extiende sus brazos hacia la chica, que se acerca con timidez. El Espíritu del Mar la abraza con una actitud paternal, muy protectora. Mizu responde a la sensación de calidez que le genera ese abrazo en su corazón, y lo abraza también espontáneamente.

La escena es muy curiosa, pues la diferencia física y de tamaño entre ellos es notable. El Espíritu del Mar aleja a la sorprendida adolescente tomándola por los hombros con suavidad. La mira directo a los ojos, y sonríe.

-Ya casi eres una mujer, pequeña. Y tienes mucha fuerza en tu corazón. El Templo de Vusin ha elegido bien a su nueva Sacerdotisa.

Barrera de la Verdad

Mizu escucha sin entender del todo a lo que se refiere esa criatura frente a ella, pero instintivamente sabe que puede confiar en sus palabras. Se siente segura y poco a poco se tranquiliza. Entonces de golpe recuerda a Tirim y a Ornas, y su mirada se nubla por la preocupación.

-Ellos están bien, pequeña. Les mandé ayuda al mismo tiempo que mandé a Cérteron para que te trajera conmigo. Quita esa preocupación de tu cara, hoy nadie ha perdido a un amigo a manos de los orgones.

-¿Sabes lo que estoy pensando? Pregunta Mizu muy sorprendida

-Claro que lo sé, pequeña. En mi Santuario nada puede ocultarse, por eso dejaste atrás el cuerpo prestado de delfín cuando pasaste la Barrera de la Verdad. Esta es tu verdadera naturaleza. Esto es lo que eres.

El otro era solo un disfraz, y no pudo sostenerse cuando entraste. Este cuerpo tuyo es asombroso, pequeña. Tan único y tan perfecto. Debes aprender a usarlo y hacerlo fuerte.

-¿Este cuerpo? ¡Pero siempre he sido Zorra! Bueno, hasta que fui delfín hace unos días… (Mizu se rasca la cabeza algo confundida)

-¡Ja ja ja ja, eres muy graciosa, pequeña! Puedes ser lo que tú quieras, dentro del agua y fuera de ella cada criatura te prestará sus características y cualidades si lo necesitas. ¿recuerdas la ceremonia? Tu no podías verte a ti misma, pero esa noche te transformaste en cada animal que viste. Desde el más pequeño hasta el más grande.

Tres principios de agua en acción

-¿yo me transformé? Mizu está tan asombrada que tiene la boca abierta al máximo. No entiende cómo pudo ser tan pequeña o tan grande como los seres vivos que recordaba de su ceremonia.

-El poder del agua es limpiar, fluir y reflejar. Son los tres principios del elemento que llevas en ti. Cada principio es el origen de las cualidades que tienes desde pequeña.

-Cuando curabas a un ser vivo, lo estabas limpiando de desequilibrios e impurezas. Cuando hablas con los demás, les permites dejar fluir sus emociones y sentimientos a través de escucharlos, y cuando entendías con tu empatía a los que te rodean, reflejabas en ti misma sus corazones.

-El agua ha sido tu herramienta desde siempre, pero no lo sabías hasta hoy. Transformarte en otros animales es convertirte en sus reflejos, es otro principio del agua que sólo unos cuantos han logrado usar.

-Mizu escucha atentamente al Espíritu del Mar. Sin darse cuenta se ha sentado sobre el pulido piso de láminas de madreperla, con la postura que hubiera hecho con su cuerpo de zorra. El Espíritu del Mar entonces gira sus brazos y una suave corriente de agua la levanta, llevándola en vilo hasta la espalda del enorme hombre-caballo de mar.

Nuevo nombre

-¡Sujétate pequeña! Quiero enseñarte algo. Por cierto, me gustaría que me dieras un nombre para que no tengas que decirme Espíritu del Mar.

Mizu se encarama con las piernas alrededor de la cola del caballo de mar, montando a horcajadas y agarrando las tiras membranosas de su cabello con las manos.

Sorprendentemente la textura del cuerpo escamoso y el cabello de membrana es suave. Se deslizan rápidamente entre las demás criaturas dentro del Santuario, que una vez más se van abriendo a su paso con respeto.

Suben hasta una abertura por encima del Santuario. Mizu está atenta a no soltarse de esa inusual montura, y va pensando en cómo podría llamar a aquel ser tan cálido y agradable. ¡Nunca le había dado nombre a nada antes! Era un reto difícil, pues sabía que un nombre es algo muy importante.

Van avanzando por entre torres y esferas, conchas, corales gigantescos que son viviendas de criaturas grandes y pequeñas. Por fuera de la Barrera de la Verdad, Mizu puede ver a Cértelos, nadando tranquilo entre los demás miembros de su manada de Ballenas Jorobadas. Está jugando con un pequeño ballenato, que al parecer es su hijo. Una idea le llega de golpe.

-Ya sé cómo llamarte. ¿puedo decirte padre?

-Me gusta la idea, pequeña. Seré tu padre si lo deseas. Es la primera vez que alguien me llama así espontáneamente. ¡Me encanta!

-¿Por qué no eres el mismo que conocí el día de mi ceremonia, padre? ¡me confundí un poco al verte tan diferente!

-¡¡¡Ahhh eso!! Pues verás, yo también puedo tomar la forma que quiera. Aunque en mi Santuario me veo como realmente soy, en algunas ocasiones tomo otras formas si lo creo necesario. Y como ese día iba a estar el Calamar Gigante, pues elegí ir como Serpiente Marina. Ese calamar es un gran vanidoso, que se ostenta como muy poderoso por ser tan grande. No iba a dejar que me opacara el día que ibas a conocerme… ¿no crees? ¡Ja ja ja ja ja ja!

La risa del Espíritu del mar era franca y muy alegre, así que Mizu se contagia y se ríe con aquel poderoso maestro del Mar. De ser una cachorra de zorro huérfana, en menos de una semana tenía padre y abuela, y había visto y vivido cosas maravillosas. La tristeza que había sentido hasta hace poco se quedó atrás.

Conociendo el Pentaciclus

Mientras iban hablando llegaron hasta una especie de plaza rodeada de columnas, formando un círculo. En las piedritas del mosaico que formaban el piso de la plaza, había un símbolo complejo.

Una estrella de cinco picos dentro de un círculo. Cada triángulo que formaba las puntas de la estrella tenía adentro un símbolo, y uno de ellos era igual al que estaba tallado en el muro de la gruta de la ballena. El de las tres espirales enlazadas. Los demás eran parecidos, pero al centro había un símbolo diferente a los demás.

Pentaciclus

-¿Que es eso? Pregunta la curiosa Mizu. Yo he visto algo parecido a eso antes… Dice mientras señala el símbolo de la cueva.

-Eso, querida niña es el Pentaciclus. Lo que estás señalando es el símbolo que representa a tu elemento, el agua. Los demás símbolos son aire, tierra, fuego y espíritu. Al centro está el símbolo del Arbol de la Vida. Tú conoces muy de cerca a su representante que ahora cuida la Montaña Sagrada, pequeña. Es el Durazno Ancestral bajo el que creciste.

-¿El Gran Sabio es el Árbol de la Vida? Vaya, eso suena muy importante…

-‘Suena muy importante’ es muy adecuado si no entiendes bien algo, ¿Verdad, princesa? ¡ja ja ja ja ja!

Mizu se sonroja y no sabe qué decir mientras bajan hasta la plaza y el Espíritu del Mar la baja suavemente al centro. Entonces empieza a explicarle

-El equilibrio de todo lo que existe depende de que las fuerzas elementales sean iguales, y se apoyen unas a las otras. Ningún elemento es importante por sí mismo, y todos son indispensables para conseguir la armonía necesaria para sostener la vida, que es muy delicada.

Los portadores elementales

Cada elemento elige a individuos de entre los seres vivos para aportar la energía necesaria para el equilibrio. Pueden ser grandes o pequeños, muchos o pocos. Pero siempre hay un elegido que tiene la mayor cantidad de energía y conocimientos para ser el Portador.

Tu eres la portadora del elemento Agua, pequeña. A estas alturas creo que ya debiste haberlo deducido. Kah ha sido elegida como la portadora del Fuego.

De los otros tres elementos, Tierra, Viento y Espíritu también ya están los portadores aprendiendo sus habilidades y sus obligaciones, para poder renovar la custodia dentro de poco. Se hará una ceremonia, es el proceso normal para seguir con los cuidados de la vida-

-Pero esta ceremonia será muy importante, y tu papel y el de Kah son de gran relevancia, porque podría ser la última si no conseguimos detener a los Orgones.  

-La fuerza de orgón viene del fuego, que se contaminó de la ambición, de la envidia y de rencor. Eso originó una energía destructiva del elemento que ahora porta Kah.

Futuro y destino

-Tu relevancia en todo esto es porque el agua es la contraparte del fuego, y eres la nueva Sacerdotiza del Templo de Vusin.

-Como el manantial de la mujer del fuego está dentro del templo, forma parte de los lugares que los orgones necesitan dominar. Es un punto de estrategia muy relevante en nuestra defensa.

-Sin embargo, esta lucha ha durado tanto tiempo porque no hemos encontrado una manera de quitarle fuerza y poder al fuego negro, que es la energía de los orgones. Pelear y resistir solo nos ha dado victorias temporales.

-La abuela Obah ha visto en las olas del futuro que muy pronto se ha de encontrar la respuesta para conseguir purificar al Fuego Negro, y que los Orgones ya no sean una amenaza. Tú y Kah son piezas claves también en esa profecía.

-Yo sé que saber esto te puede poner mucho peso sobre esos pequeños hombros, pequeña. Pero todos estamos contando con ustedes. 

-Mmmmm no imaginaba todo esto, padre. Si yo soy la portadora del Agua, ¿tú qué eres?

Espíritus Primordiales

-Yo no soy portador elemental, pequeña. Yo existo desde mucho antes que el pentaciclus se estabilizara, y soy el origen de la vida. Cuando me diste el nombre de Padre, determinaste mi naturaleza con mucha precisión.

Toda la vida se originó en mis tibias aguas. Soy el océano, y de mí surgen todos los seres vivos que no necesiten echar raíces para vivir. Mira…

El Espiritu del Mar entonces cerró los ojos, y puso sus manos en su abultado vientre. Del centro de su cuerpo (donde los humanos tienen el ombligo) se abre un hueco para dejar salir un huevo luminoso.

Dentro puede verse un pequeño pájaro formándose. Un momento después, otro huevo con un pequeño mamífero, y luego otro con un pez. El gran hombre abre los ojos y toma a los huevos que flotaban frente a él, viéndolos con cariño.

-¿Lo ves? Acabo de crear tres nuevas especies, que podrás invocar para que sean tu apoyo si los necesitas. Uno en el aire, uno en la tierra y uno en el agua. Estos pequeños ahora se están formando en sus nidos, o dentro del vientre de su madre. Esto sólo es su esencia vital. Recuérdalas, pequeña y ponles nombre, ¡son para ti!

Con un torbellino luminoso, los tres huevecillos salen rápidamente en diferentes direcciones, y Mizu se maravilla de lo que acaba de presenciar.

-¡Wooooow! ¡Eres increíble padre! ¿así me formaste a mí también?

-Si pequeña. Cada ser vivo que nada, vuela o camina tuvo su origen en esta barriga luminosa. Para que se complete ese huevo, se necesita la materia, que les otorga El Espíritu del Crisol. Ella también tiene mucho que enseñarte, es importante que la visites en su santuario cuando estés lista.

En cuanto a las plantas y todo lo que nace de la tierra echando raíces y micelios es otro proceso, que también requiere a dos padres, El Espíritu del Viento y el Espíritu de la Luz. A ellos debe visitarlos Kah, pues sus conocimientos serán herramientas muy valiosas para conseguir su destino.

Redes Sagradas

-Hay más espíritus por todas partes, pero nosotros cuatro somos los más poderosos, y somos llamados Primordiales. Cada cual tiene su Santuario, y los lazos que nos comunican en cada reino son los que llevan el Gran Sabio con la red micelial en la tierra, la Abuela Tortuga con su lectura de las olas y los afluentes en el agua, y por último, el águila negra de la cima de La Montaña Sagrada en el aire.

-Hay una gran cantidad de seres vivos que forman redes con diferentes funciones y objetivos para cuidar el orden y el equilibrio vital. Eglantine, la guardiana que es tu madre adoptiva, forma parte de un grupo muy importante del que ella misma te hablará después.

-Pero lo que parece no tener vida también la tiene, aunque no igual. Y también hay un pilar que origina esa vida de manera sutil. Ese pilar muy pocos pueden conocerlo, y verlo. Quizás tú lo hagas.

-También esos seres inanimados son importantes en el equilibrio del Pentaciclus. Nada de lo que te rodea está ahí por casualidad, pequeña. Todo tiene una razón de ser en el ciclo vital.

Mizu ha visto dentro de ella todo lo que el Espíritu del Mar le ha narrado. Es similar a lo que percibiera con la Abuela Tortuga, pero esta vez ha sido una visión más profunda.

Su empatía se ha desarrollado mucho al estar en el Clan de los Delfines, le han enseñado mucho casi por el simple hecho de ser uno de ellos.

-Padre, hay muchas cosas que tengo que aprender. Hoy entendí que apenas empecé con mi camino, pero creo que quizás no sea lo que todos creen que soy. Me preocupa que esperan mucho de mí y no sé si podré hacer lo que se supone que debo…

-¡Todavía no entiendo por qué dicen que soy la nueva sacerdotisa del Templo de Vusin!

Autoconfianza y Defensas

-Tranquila, princesa. No es necesario que hoy te abrume dándote más información de la que ya te he dado. Poco a poco todo lo que necesitas saber te será revelado. Y lo más importante de todo, debes confiar mucho en ti misma.

-Ni siquiera yo puedo definir tus capacidades, pero son mucho más de lo que esperaba cuando supe de tu nacimiento. Eres muy especial pequeña, más valiosa que la perla negra más grande que se haya encontrado jamás.

Por eso debemos darte armas para que puedas cuidarte. Y esa es la razón más importante por la que hoy estas aquí.

-¿Me vas a dar armas…?

Mizu no entiende a lo que se refiere el Espíritu del mar, y lo mira fijamente mientras alrededor de ellos se empiezan a hacer pequeñas burbujas con chispas luminosas dentro.

Van subiendo desde el suelo de la plaza, y la van cubriendo de pies a cabeza primero sus pies, luego sus piernas, su cadera, su cola peluda, su cuerpo, brazos, cuello, cabeza y orejas se cubren de burbujas brillantes.

Al quedar toda cubierta, se revientan todas las burbujas de golpe y la luz se pega a Mizu, dando forma a una armadura brillante y con una textura de escamas.

Incluso tiene un casco que recuerda la cabeza de un caballito de mar, en la mano derecha una espada larga que recuerda al cuerno de un narval  y en la izquierda un escudo con forma de Calamar, alargado y con tentáculos flexibles colgando por debajo.

Un torbellino la rodea, la levanta y de sus ojos azules salen rayos de luz turquesa, abre su boca y de ella salen todos los cantos de las ballenas y los delfines, y en su cabello largo y su cola se entremezclan pequeñas estrellas de mar.

El torbellino termina y Mizu regresa al piso de la plaza, ¡transformada en una guerrera marina!

-Bueno, no dejas de sorprenderme pequeña. Nunca en todas mis vidas había visto una armadura como esa, tan compenetrada con el agua y sus criaturas. ¡Te ves asombrosa!

La armadura

Con un gesto de sus brazos, el espíritu del mar crea una pared de agua vertical, quieta y muy brillante. Funciona perfecta como espejo, y Mizu ahora puede ver sus ojos brillando con luz, su armadura color madreperla, su negra espada brillante y su escudo rojo anaranjado que también refulge. Las estrellas de mar que se han adherido a su cola y su cabello tienen una amplia gama de colores y texturas.

-¿Esa soy yoooooo? ¡no-puedo-creerlo-!! ¡¡Woooow!!  

Mizu brinca y bailotea por toda la plaza jugando con las armas mientras da grititos y se ríe, el Espíritu del Mar la deja con una sonrisa de ternura. No ha dejado de ser una cachorra adorable. Después de unos momentos la llama.

-¡¡Por el tridente de Poseidón!! Ja Ja Ja Ja Ja Ya basta pequeña, que necesito enseñarte cómo usar esos juguetes tuyos. ¡Ven acá y deja de corretear!…

Mizu se apresura a regresar, y se para muy derecha junto a su protector. Su mirada de entusiasmo brilla más que el sol en un día de verano.

-Sí padre, dime qué debo hacer ahora.

-Esa espada es el Colmillo del Narval. Su principal cualidad no es cortar, sino penetrar. La punta debe ser lo que alistes frente al enemigo, y antes de solamente estirar el brazo, todo tu cuerpo debe impulsar su estocada.

narval

– Para eso deberás practicar. Hay una habilidad humana llamada Esgrima. Debes buscar un buen maestro entre ellos para dominar esas habilidades. Yo puedo sugerirte a alguien que vive cerca de la gruta.

Mizu blande su flamante espada frente a ella, y asiente con la cabeza.

-Ese escudo es La defensa del Kraken. No existe nada físico que pueda penetrarlo. Y sus tentáculos se pegarán al arma y al cuerpo de quien te ataque. De esa manera no solo detienes sus movimientos en tu contra, sino que puedes inmovilizarlo con los movimientos correctos.

Kraken

Para usarlo, Maese Ornas el pulpo puede darte muchos consejos. Es un guerrero muy experimentado, aparte de un gran artista…

-¿Conoces a Ornas, padre?

– ¡¡Claro!! Hace tiempo que le confié a él y a todo su clan una misión muy importante, crear jardines brillantes y coloridos en el fondo del mar. Son muy talentosos ¿sabes? Lo hacen genial…

-¡¡Ja ja ja ja!! Eso tiene que saberlo Tirim lo más pronto posible… ¡¡Ja ja ja ja ja!! no me va a creer tampoco a mí…

Esta vez es el espíritu del mar quien se ha contagiado de la risa divertida de Mizu, pero no han terminado y con un movimiento de su mano, le pide silencio.

Capacidades

-Espera, pequeña, que falta todavía y ya casi es hora de que regreses. La luz que nace en tus ojos también es un arma. Cuando logres iluminar los ojos de tu contrincante con su luz, olvidará quíén es por unos instantes.

-El tiempo varía dependiendo de la fuerza de su corazón y de su tamaño. Practica cómo debes activar y potenciar tu nueva habilidad, pero no lo repitas más de tres veces en alguien, por que podría ser permanente para quien sea que recibe los rayos de luz.

-Ahora tu nueva voz. Tienes en tí los cantos de todos los delfines y todas las ballenas. No solo eso, en tierra podrás usar los cantos de las aves y los animales terrestres. Esas ondas sonoras son muy potentes, Mizu. Con ellas puedes romper barreras físicas y mágicas que te impidan entrar a donde tú quieras ir.

-Las únicas piedras que normalmente no podrás romper son la turquesa y el rubí, por ser la base de tu piedra de poder y la de Kah, es para tu protección, y la suya. Debes aprender a usarla con todo su poder,

-Las Estrellas de Mar son proyectiles, y podrás usarlas de dos maneras. Una, para lanzarlas y que penetren con sus brazos la piel y armaduras de los contrincantes. Una vez incrustadas, crecen y envuelven al objetivo, inmovilizándolo con los brazos que tienen libres.  La otra, para que se peguen a quienes van huyendo y puedas saber a dónde se han escondido.

starfish

-Para eso, debes tomarlas con tu mano y pedirles con una orden lo que deseas que hagan, ¡Abraza! Es para que puedan ser inmovilizadores y ¡Sombra! es para que se fijen suavemente en un lugar fuera de la vista del objetivo. Deberás practicar tu puntería y tu precisión.

-Pues si que tengo mucho trabajo que hacer, Padre…

-Es verdad, pequeña. Debes saber algo más, tu yelmo lleva una conexión directa conmigo para que me llames sólo con el pensamiento. Ya me has invocado antes, pero el llamado será más fuerte cuando uses ese casco con forma de cabeza de caballo de mar.

No sólo yo acudiré, sino todos los Espíritus del Santuario. Por eso, es un llamado que solo debe ser usado en casos muy difíciles, no abuses de él por que perderá su intensidad y cada vez que invoques ayuda llegarán menos espíritus al llamado. Sé responsable.

-Y tu armadura es muy resistente, pero no es impenetrable. Debes usar tus otros accesorios para asegurarte que no seas herida en batalla. Solo debajo del agua podrás usar esta protección, que es la de tu poder elemental.

En tierra firme y en el aire no podrás usarla.  Debes invocarla con el llamado ¡Burbujas de turquesa, cúbranme! Úsala siempre que lo necesites. Mientras más fuerte sea tu control de los elementos, más resistente y más útil te será. Incluso podrás modificarla para diferentes funciones. Para quitártela, solo debes salir del agua, o decir ¡burbujas de turquesa, gracias! Y la armadura se irá con ellas.

-Lo recordaré, Padre. Hoy me has dado muchos regalos increíbles ¡Gracias, Muchas gracias! Ya no me sentiré tan débil si necesito defender a mis amigos en el futuro…

Corazón Protector

-Nunca has sido débil, pequeña. Precisamente porque pude entender que deseabas proteger a todos es que me dí cuenta que estabas lista para tu investidura, como Portadora del Agua es tu derecho.

-No tenías miedo por ti misma. No querías correr a protegerte sino fuiste por ayuda y no dudaste ni un momento en regresar al frente junto a Tirim y a Maese Ornas.

-Tu corazón es fuerte, leal y es muy generoso también. Son las tres cualidades que se necesitaban para entregarte lo que es tuyo desde tu nacimiento pequeña. Yo sólo lo costodiaba para ti.

-¿Esto ya era mío desde que nací?

-Si. Los portadores tienen muchas obligaciones y responsabilidades que vienen con el poder elemental, pero también tienen lo que se necesita para cumplir sus misiones. Eso es parte del equilibrio del Pentaciclus también. Ya irás entendiendo conforme aprendas. Ahora podría ser confuso.

-¿Seguirás enseñándome? Hoy he aprendido mucho, espero recordar todo…

-A veces lo haré, pero tus maestros deben ser los que estén a tu alrededor. Grandes y pequeños, todos los seres vivos te darán lecciones. Solo debes poner atención para entenderlas. Aparte hay maestros para conocimientos y habilidades específicas esperando ya por ti.

-Es hora de que te vayas pequeña, tengo un último regalo para ti. Pero deberás buscarlo a tu regreso. Lo reconocerás al verlo después de todo lo que hemos hablado hoy. ¡Sube otra vez a mi espalda, vámonos!

Mizu brinca ágilmente y se monta una vez más sobre el Espíritu del Mar, que sale nadando rápidamente hacia arriba. Se le unen las escoltas que recibieran a Mizu a sus costados, nadando junto a los dos.

-Yaelus, Saelus, llévenla con Cértelos ahora. Te estaré cuidando, hija. Salúdame al Maese Ornas. Cuando salgas, regresarás a ser un delfín. La abuela Obah te mostrará cómo volver a tu cuerpo peludo de cachorra, o a este nuevo cuerpo que tienes hoy.

-Y no te preocupes por el momento de los Orgones, he puesto una barrera en la playa para que no puedan encontrarte por un tiempo. ¡Aprovéchalo! ¡hasta pronto, pequeña!

Dicho esto, el Espíritu del Mar desaparece en medio de un destello de luz que ilumina todo por unos momentos para desaparecer entre una nube de pequeñas burbujas.

Yaelus y Saelus (las pequeñas serpientes marinas) se adelantan para guiar a Mizu hacia la gran ballena Azul que ya está esperando por ella.

Ya no le sorprende que todas las criaturas a su alrededor les abran paso, pero se sigue sintiendo algo incómoda por eso. Se sonroja de sentirse el centro de atención de tantos ojos.

Al parecer, llevar su armadura puesta la ha hecho muy interesante para todos en el Templo.

Una pequeña mantarraya se para frente a ella muy asombrada, y su enorme madre se la lleva nadando con elegancia, con el usual saludo respetuoso de cabeza que ya conoce bien. Esa reacción inocente de la bebita la ha hecho sonreír, y olvidarse un poco de la presión de ser observada.

Casi sin sentirlo llegan a la Barrera de la Verdad, la cúpula que rodea el Templo. La atraviesan fácilmente como cuando llegara y sale una vez más transformándose al cuerpo de Trixes.

La sensación ya le es familiar pero aunque se siente muy cómoda como delfín, hubiera preferido seguir con su cuerpo real y su armadura, que le daba una seguridad en sí misma que no había sentido desde que se había separado de Kah.

Sus custodios le sonríen y hacen una reverencia de despedida, y se meten a la cúpula nuevamente. Ya está en compañía del enorme cetáceo con quien llegara.

Viaje de regreso

MIzu hace una pirueta para girar y subir hasta el exterior, y toma una gran bocanada de aire de su espiráculo antes de entrar. ¡El aire dentro de Cértelos no está tan fresco como afuera, según recuerda!

Entonces regresa deprisa hacia la boca de su transportador viviente. Entra y se acomoda para viajar.

-Hola otra vez, princesa. ¿el Espíritu del Mar ha respondido tus dudas, como querías?

-Hola Cértelos. Padre me ha respondido todo, y me ha dicho mucho más. Tenías razón que debía dejarlo hablar primero. ¡Gracias por tu consejo!

-Gracias a ti por tomarlo en cuenta princesa. Yo solo vivo para ayudar a todos. Y cuando reciben mi ayuda como tú lo has hecho, soy feliz.

-Te llevare de vuelta con tus amigos. Ponte cómoda, si tienes hambre hay sardinas debajo de mi lengua para ti. Espero que te gusten.

-¡Oh! ¡Gracias Certy! Tengo hambre realmente…

Mizu se pone a comer sardinas mientras viaja. Cuando recordó su armadura y lo diferente que se veía en el templo con ese cuerpo tan humano tuvo muchos deseos de contarle todo a Kah y mostrarle sus armas. De hablarle del Espíritu del Mar y de todo lo que había aprendido. No podía evitar extrañar su presencia cada vez más.

-¿Sabes, Certy? Tengo un hermano llamado Kah…

Mizu intentó aminorar la ausencia hablando de su amado hermano peludo y Cértelos parecía saber escuchar. Esta vez, con los orgones rondándolos deseaba con todas sus fuerzas que estuviera seguro entre los lobos.

Decidió concentrarse en aprender para no sentir el tiempo que estuvieran separados…

Por Gabby

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